Cathonys

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Mushofutbol

dilluns, 18 de juliol del 2011

Hoy hace 75 años.... (I)

Solo han pasado 75 años desde que unos "antidemocratas" fascistas se sublevaron contra el Gobierno que había elegido el pueblo soberano.
El golpe de estado comenzo el 17 de Julio de 1936, cuando el Protectorado de Marrucos con Melilla a la cabeza comienza con una insurección militar.



Mucho se ha hablado de este "Golpe Militar", incluso se culpo a que la muerte de Calvo Sotelo fue el preludio de este Golpe de Estado.
Pero todo fue un cumulo de venganzas y represalias de aquellos días, y con la fecha del pronunciamiento fijada para los días 10 al 20 de julio, el 12 de julio muere asesinado por pistoleros de extrema derecha, "carlistas" para algunos historiadores, "falangistas" para otros, el Teniente de la Guardia de Asalto: Jose Castillo. Jose Castillo era conocido por su activismo izquierdista y por negarse a intervenir contra los manifestantes de la Revolución de 1934. Estaba acusado ser el culpable de la muerte de Andres Sánez de Heredia, que era primo de Jose Antonio Primo de Rivera. Además era miembro de la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista), instructor de las milicias de la juventud socialista y número dos en una lista negra de oficiales prorrepublicanos supuestamente confeccionada por la UME (Unión Militar Española) y cuyo número uno, el capitán Carlos Fraudo, ya había sido asesinado. El mismo día de su asesinato, en Ketama (Marruecos), varios de los golpistas celebraron el llamado "Juramento del Llano Amarillo", donde se perfilaron los detalles de la próxima sublevación.
A primeras horas del día siguiente, 13 de julio, un grupo de guardias de asalto salió a vengar la muerte de su compañero en la persona de algún político de derechas. Buscaron primero a Antonio Goicoechea y a Gil-Robles, pero al no encontrar a ninguno de ellos secuestran y matan a José Calvo Sotelo, que era miembro del parlamento y líder de Renovación Española.
La rápida condena del crimen por parte del Gobierno y el arresto inmediato de quince oficiales de la Guardia de Asalto no sirvieron para disipar las dudas y varios diputados acusaron al Gobierno de estar implicado en el crimen durante el debate parlamentario que trató del asesinato de Calvo Sotelo. En cualquier caso, para cualquier observador imparcial, era intolerable que un líder de la oposición hubiera sido asesinado por oficiales uniformados conduciendo un vehículo del Gobierno. La conmoción que siguió al asesinato de Calvo Sotelo fue tremenda y convenció a muchos indecisos, incluido el mismísimo Francisco Franco, de que un pronunciamiento militar era la única salida posible. Aunque la conspiración estaba ya muy avanzada y la fecha fijada para el mes de julio, los conspiradores invocaron a posteriori el asesinato de Calvo Sotelo como prueba de que la intervención militar era necesaria para salvar al país, según unos de la anarquía y según otros de la revolución marxista.





(sigue)