
El 23 de julio de 2000, Jose Veiga depositaba en la LFP más de 11 mil
millones, la traición al club blaugrana se consumaba. La trama estaba
destapada. Figo firmó el mismo contrato que unas semanas atrás había
suscrito su amigo y agente José Veiga por el que se comprometía con
Florentino Pérez si ganaba las elecciones. Haciéndolo, sabía que existía
una cláusula de penalización de 5.000 millones si se echaba a trás.
Incluso Gaspart y Lluis Bassat le prometieron un contrato con las mismas
cantidades que le ofrecía Florentino, pero Luis Figo lo rechazo. Además
sorprende que el juga-
dor, ante la posibilidad de que Veiga acabara por pagar las
consecuencias judiciales del compromiso, pidió a Gaspart un aval que le
cubriera de los 5.000 millones de multa, a lo que el candidato se negó.
En la madrugada del domingo, mientras Joan Gaspart celebraba su triunfo
electoral, Figo intentó por última vez que Gaspart detuviera el ya
inminente fichaje. Pero Figo
había ido muy lejos. Por la mañana su agente depositó los
11.000.913.200 pesetas, aunque el Barça reclama otros 46 millones por
el IPC de un mes más el IVA. Después, el jugador pasó la revisión
médica y consumó el fichaje pretextando su profesionalidad. Eso si
Hacienda nunca investigó de donde había sacado ese dinero, porque si el
cheque lo puso Veiga, Hacienda debería haber repasado las declaraciones
del jugador...