
Y es que a pesar de esa fama de déspota que se le atribuye, a Louis Van Gaal la gente con la que ha trabajado o trabaja le quiere mucho. Gente como el delegado Carles Naval, el doctor Ricard Pruna o el utillero Josep Anton Ibarz, que también se abrazaron y comentaron anécdotas antes del encuentro. También otro hombre se reencontraba con antiguos compañeros como es el caso del entrenador de porteros Frans Hoek, que estuvo tres campañas en la disciplina blaugrana como ayudante de Van Gaal.