
Los prolegómenos del choque estuvieron amenizados por la banda de música de la escuadra de la marina inglesa; Royal Navy, que había fondeado en Barcelona el día 11, y que accedió a tocar después de que Hans Gamper regalara varias invitaciones a los mandos militares. "Después de hacer algunas interpretaciones, momentos antes de empezar el partido tocaron la 'Marcha Real'". En ese momento, los más de 14.000 espectadores empezaron a silbar y gritar con una actitud hostil contra la interpretación del himno, con una clara referencia al régimen de Primo de Rivera, y no dejaron escuchar la música. Las protestas se mantuvieron y alargaron hasta el final de la interpretación musical. Esta reacción fue unánime y se extendió a todo el campo. En el palco, Hans Gamper, Francesc Cambó y la mayor parte de los asistentes se quedaron sentados e impasibles ante las notas del himno, en una prueba en conformidad con el público y de indiferencia al significado de aquella música. Hasta el mismo delegado del gobierno, desconcertado, se quedó sentado
Luego la banda interpretó el "Good save the King", el himno inglés, a lo que el público respondió con un respetuoso silencio y al final con una ovación.
La dictadura militar de Primo de Rivera, claramente enfurecida por el incidente, no dudo en tomar acciones inmediatas en contra del club blaugrana, y el equipo fue castigado con el cierre del Camp Les Corts por seis meses, pero al final solo fue reducida a tres, además de la dimisión y exilio del presidente y fundador del FC Barcelona, Hans Gamper. El club se salvaba gracias a la amistad de Arcadi Balaguer i Costa, amigo personal de Miguel Primo de Rivera y Alfonso XIII, de esta manera se reconducía al club a la integridad nacional