
El 10 de mayo de 2005, Montserrat Tura, la consellera de Interior,
confirmaba que los Mossosd'Esquadra habían desaconsejado al Barça, por
motivos de seguridad, hacer la tradicional celebración en Sant Jaume
puesto que algunos medios de comunicación, citaban fuentes del club,
para señalar a la policia autonómica catalana como principales
instigadores de la prohibición.
Una tradición que había comenzado en la lejana temporada 1927/28, donde
el Barça necesita tres partidos para desampatar la final con la Real
Sociedad y ganar la Copa de España. El regreso de Santander se produce
en tren el 30 de junio del 28 y, ese día, es el de la primera gran
celebración masiva de barcelonismo. Los jugadores llegaron a la Estación
de Francia y tardaron casi dos horas en hacer el recorrido en
autocar hasta una plaza de Sant Jaume aborratada de culés con sombrero.
El hombre más vitoreado fue Pep Samitier que, desde el balcón de la
Generalitat, tuvo que dirigir unas palabras. Dijo, en catalán: "Vam
prometre, abans d'anar-nos, que guanyaríem el campionat i avui us portem
el trofeu" ("Os prometimos, antes de irnos, que ganaríamos el
campeonato y hoy os traemos el trofeo".
Al año siguiente, al ganar la primera Liga, el Barça volvió ya a Sant
Jaume y así lo habían hecho con las quince Ligas retsnates que vinieron
detrás y con los otros títulos españoles y europeos. Naturalmente, en
tiempos de Franco, solo se visitaba el balcón del Ayuntamiento.
isitaba el balcón del Ayuntamiento.
De esta manera, en la Liga 1973/74, existen imágenes de la Plaça repleta
de euforia culé con los 'grises' vigilando el comportamiento de la
afición. El alcalde Masó, ese día, terminó su discurso con un "Visca el
Barça, visca Catalunya y Viva España" a lo que la gente respondió con
un "Viva"