Esta cadena aseguraba que Montoya estaba enfadado porque el propi le planteó al Barça la posibilidad de irse el pasado mes de junio, tras recibir una oferta del Liverpool. Pero el Barça le convenció para quedarse. Hasta el punto de ser renovado con un contrato hasta el 2018, con una cláusula de 20 millones de euros.
Montoya encontraba con que no sólo no entraba en los planes de Luis Enrique (sólo había contado con él ante el Athletic y en la Supercopa catalana), sino que además el club había fichado a Douglas (otro de los extraños fichajes de Bartomeu y su junta), otro lateral derecho. Harto de ver cómo se le cerraban las puertas, Martin Montoya no entendía qué pasaba y había tomado la decisión de irse en enero. O, si no fuera posible, en el mercado de verano de 2015.
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