
Incluso un diario deportivo provocó una fotografía en la que se veía el entrenador del FC Barcelona, Vic Buckingham, de rodillas, rogando al técnico del Espanyol que ganara el Valencia. Al descanso se llegaba con empate a cero en los dos campos. El Valencia era campeón, en ese momento. En el minuto 14 de la segunda parte, Martí Filosia remató a gol un córner. Pero 4 minutos después, Luis Aragonés hacía el empate. Y al cabo de un minuto, Lamata avanzaba el Espanyol. Tres goles en 5 minutos que no cambiaban nada. Barça y Atlético necesitaban ganar para llevarse la Liga, ya que las noticias que llegaban desde Barcelona decían que el Valencia perdria. Vicente Calderón ofreció a Agustí Montal jugarse la victoria a cara o cruz, pero el presidente blaugrana, entendiendo que era una broma, le siguió la corriente y lo rechazó. Culés y colchoneros daban una lección de juego limpio. Y el Valencia conseguía la Liga. Pero los jugadores del Espanyol, cobraron su doble prima, colchonera y cule, por hacer su trabajo
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