El Barcelona se trasladaba a Santander el 11 de septiembre de 1975. A 
pesar de lo que se temía, el vuelo Barcelona- Bilbao, no hubo problemas.
 Se temía que fuese turbado por una "huelga en celo" de los pilotos de 
Iberia. Pero el vuelo discurrió sin novedad y los expedicionarios 
llegaron puntualmente a Bilbao. Pero lo que no paso en el vuelo, sucedió
 en la carretera. En el trayecto entre Bilbao y la capital cantabra, el 
autocar blaugrana, sufrió rotura del embrague en Solares, a veinte 
kilómetros de Santander, y los jugadores tuvieron que seguir el viaje en
 turismo. 
Una de esas leyendas, cuenta que el propio Johan Cruyff tuvo un gesto de buen humor y se lanzó a la carretera para hacer autostop. Pero porlo visto, ninguno de los automovilistas en curso debió darse cuenta de quién era el "extraño" autoestopista, ya que Cruyff llegaba a Santander, al igual que sus compañeros, en uno de los coches dispuestos a su disposición por el servicio de emergencias del FC Barcelona
Una de esas leyendas, cuenta que el propio Johan Cruyff tuvo un gesto de buen humor y se lanzó a la carretera para hacer autostop. Pero porlo visto, ninguno de los automovilistas en curso debió darse cuenta de quién era el "extraño" autoestopista, ya que Cruyff llegaba a Santander, al igual que sus compañeros, en uno de los coches dispuestos a su disposición por el servicio de emergencias del FC Barcelona
 
 
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