La remontada más reciente, y menos utópica, se vivió en la Champions, en los octavos de final de esa misma temporada. El Barça de Tito Vilanova (entonces con Jordi Roura al frente, por la enfermedad del entrenador) perdió 2-0 en San Siro frente al Milan y sentenció en la vuelta con otro inapelable 4-0, con el doblete de rigor de Messi, más los goles de Villa y Alba.
Aunque no hay ejemplos de remontadas de un 4-0, en Copa hay un caso similar. En 1963, en octavos, el Barça superó un 4-1 ante el Elche. En la vuelta, el 19 de mayo de 1963, devolvió el mismo tanteo: 4-1, con goles de Camps, Gensana, Benítez y Zaldúa. Hubo que jugar un desempate en Madrid dos días después, con 2-1 para el Barça, que acabó ganando el torneo en la final ante el Zaragoza de César.
Cuatro goles son los que se necesita por lo menos para llegar a la prorroga y cinco para ganar la "quinta copa" del año 2015.