El 8 de marzo de 2017, el día de la "Remontada" ante el PSG, tras la épica victoria del equipo blaugrana por 6-1, unos 50 barcelonistas, muchos de ellos de Masnou (Barcelona) que celebraban un viaje de fin de curso, salieron por las calles de Madrid hasta reunirse en la Plaza de Cibeles, lugar de celebración de los títulos del Real Madrid. El grupo cantó el himno del Barça repetidamente y ovacionó a los jugadores y en un momento dado un taxista detuvo su vehículo ante la alegre hinchada, provista de banderas y bufandas. El taxista salió de su coche y sorprendió gritando ¡Visca el Barça! y ¡Visca Catalunya!. En ese mismo instante, un extranjero ataviado con la camiseta del Real Madrid también se unió a la fiesta entonando perfectamente en catalán el himno del FC Barcelona. Un día innolvidable para muchos, aunque algunos lo consideren un sacrilegio
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