El 10 de julio de 2014, según diario "Gol", Xavi Hernández pidio un generoso finiquito al FC Barcelona para desvincularse del club y jugar los próximos tres años en Estados Unidos. El centrocampista internacional ya habia comunicado a Luis Enrique, nuevo entrenador del Barça, que no seguiría en el club. Descartada la opción de jugar en Catar, el capitan blaugrana valoraba las dos ofertas que tiene de Nueva York. La de la franquicia estaunidense del Manchester City y la de los Red Bulls. El problema era que económicamente eran muy inferiores al salario que percibía en el Camp Nou.
Xavi Hernández cobraba alrededor de los 13 millones de euros brutos en el Barça, club con el que tiene contrato hasta junio de 2016. En Estados Unidos, en cambio, le ofrecian tres años, pero sólo le garantizaban seis millones por temporada. El futbolista, con algunos problemas económicos por malas inversiones familiares, no quería perder dinero y pretendía que el Barça le indemnizara con parte de su contrato después de 16 temporadas en el primer equipo.
Xavi aspiraba a un finiquito, mínimo, de 10 millones de euros. Es decir, quería irse del FC Barcelona ya, pero cobrar el sueldo de una temporada o casi. En un principio el equipo blaugrana, en un primer momento, se mostraba muy conciliador públicamente. Andoni Zubizarreta, director deportivo, aseguraba que Xavi tendría la salida que se merecía del Barça. Antonio Rossich, el director general del club, tal vez no esté de acuerdo con la postura de Zubizarreta.