Pues una anecdota contada por el:
"Yo estaba destinado a la casa veraniega de un general, un buen sitio para hacer la mili, la verdad. En invierno no tenía que preocuparme demasiado, pero en verano venía el general y organizaba cenas en la playa a la que asistían diversos mandos del ejército. Una noche, durante una cena,apareció un bulto sospechoso a 200 o 300 metros de la orilla. El general sabía que yo era jugador de waterpolo, se acercó a mí y me dijo: "soldado Estiarte, métase en el agua y vaya a ver qué es eso". “Me metí en el agua pero no me hacía pizca de gracia. Estaba oscuro y nunca me ha gustado mucho el mar porque hay demasiadas cosas que no puedes controlar. Nadé hasta el bulto, lo toqué y cuando pude enfocar la vista distinguí el cadáver de una enorme tortuga marina, mirándome con los ojos vidriosos y la boca abierta. Me pegué tal susto que aquel día batí el récord mundial de los 100 metros libres, pero no había nadie para cronometrarlo. Luego tuve que arrastrar la tortuga hasta la orilla y el general y los otros mandos, divertidos, se hicieron fotos junto a ella. A mí, la verdad, aún me dura el sobresalto"
Vomitaba antes de los partidos?: Lo hice tantas veces! No una vez, siempre y cinco minutos antes del partido, casi era parte del calentamiento o del ritual.
Dice Manel que cuando su madre le preguntaba qué quería ser demayor, él contestaba siempre: “Nadador”. Y ella, incansablemente, añadía: “Sí, pero ¿y qué más?". Han pasado cuarenta años, pero lo recuerda divertido: “Ella ha tenido razón en todo, pero al menos en esto, la he pillado. Conseguí ser sólo nadador”. Y, aunque ahora trabaja para el FC Barcelona junto a su amigo Pep Guardiola y acaba de escribir su biografía, él insiste en que su profesión es la de waterpolista. Nada de ex waterpolista, aunque lleve años sin meter un pie en una piscina