Nacio en Budapest (Hungria), el 12 de diciembre de 1880 - Fallecio en Budapest (Hungria), el 2 de octubre de 1963. Fue un entrenador húngaro del FC Barcelona y el tercero en ocupar dicho cargo. Entrenó al club catalán de 1924 a 1925 y obtuvo para la entidad los dos títulos en juego de aquella temporada, el 13º Campeonato de Catalunya y la 6ª Copa de España. La final de Copa se disputó en Sevilla el 10 de mayo de 1925 ante el Arenas de Guetxo. El resultado fue de 2-0 para el equipo blaugrana.
Durante el tiempo que dirigió al equipo, el club conmemoró los actos de sus primeros 25 años de existencia y fue testigo como el Campo de Les Corts era clausurado por 3 meses a consecuencia de los silbidos de la afición culé hacia las notas de la Marcha Real en un partido homenaje al Orfeó Català, situación que conllevaría la posterior salida forzosa de la presidencia a Hans Gamper.
A pesar de su éxito abrumador decidió volver a su estimada Hungría natal, aunque después regresaría para permanecer ligado al club varias campañas más en las que se encargó de los segundos y terceros equipos.
Los que lo conocían decian que era una bellísima persona, pero que no se captó muchas simpatías por su excesiva flema, y por no saber tratar a los jugadores. Se sentaba a un lado y seguía los entrenamientos ceremonioso, con un silbato que iba sonando a cada momento, oyéndose la voz del entrenador que chillaba: "¡Stop! ¡Stop!". Su carácter seco, poco afable no le granjeó muchas simpatías. A las pocas semanas los jugadores no le llamaban Poszony, sino "Mister Stop". Duró solo esa temporada. Un buen día se enfadó y presentó la dimisión, que le fue aceptada. Pero Poszony logró formar algunos jugadores muy buenos, como Ramón Llorens, Arnau... Jesza Poszony vino al club blaugrana con Platko
Durante el tiempo que dirigió al equipo, el club conmemoró los actos de sus primeros 25 años de existencia y fue testigo como el Campo de Les Corts era clausurado por 3 meses a consecuencia de los silbidos de la afición culé hacia las notas de la Marcha Real en un partido homenaje al Orfeó Català, situación que conllevaría la posterior salida forzosa de la presidencia a Hans Gamper.
A pesar de su éxito abrumador decidió volver a su estimada Hungría natal, aunque después regresaría para permanecer ligado al club varias campañas más en las que se encargó de los segundos y terceros equipos.
Los que lo conocían decian que era una bellísima persona, pero que no se captó muchas simpatías por su excesiva flema, y por no saber tratar a los jugadores. Se sentaba a un lado y seguía los entrenamientos ceremonioso, con un silbato que iba sonando a cada momento, oyéndose la voz del entrenador que chillaba: "¡Stop! ¡Stop!". Su carácter seco, poco afable no le granjeó muchas simpatías. A las pocas semanas los jugadores no le llamaban Poszony, sino "Mister Stop". Duró solo esa temporada. Un buen día se enfadó y presentó la dimisión, que le fue aceptada. Pero Poszony logró formar algunos jugadores muy buenos, como Ramón Llorens, Arnau... Jesza Poszony vino al club blaugrana con Platko