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No es un personaje conocido para la gente de la calle. Puede caminar
tranquilamente por Barcelona sin que nadie le pare ni le pida
autógrafos. Sin embargo, por sus manos han pasado jugadores que sí que
cuando les ven por la calle, les paran y otros que ahora no son famosos
pero no duden que pronto lo serán.
Víctor Sánchez es el actual
segundo entrenador del Basilea, el campeón de la Liga suiza y equipo que
esta temporada jugará la Champions League. Es el ayudante de Paulo
Sousa, que fuese jugador, entre otros, del RCD Espanyol. Sousa y Sánchez
llegaron al club suizo esta misma temporada procedentes del Maccabi de
Tel Aviv. Y Víctor Sánchez había llegado a la vez al Maccabi provinente
del FC Barcelona. En el Barça estuvo siete años, cuatro como entrenador
del equipo cadete y tres como coordinador del área de metodología. Y fue
en esos cuatro años como entrenador cuando tuvo a sus órdenes a
jugadores como Deulofeu, Rafinha, Patric, Grimaldo, Muniesa, Sergi
Roberto, Sergi Gómez, Sergi Samper, Javier Espinosa, Dongou, Sandro
Ramírez, Keita Balde o Mamadou Tounkara, por poner solo algunos
ejemplos.
Sánchez recuerda con mucho cariño sus siete años en el
Barcelona. "Me es difícil escoger un solo recuerdo de esa época. Las dos
Nike Cup que ganamos es cierto que fueron muy emotivas. De la primera,
recuerdo las semifinales, cuando eliminamos a un conjunto ruso en los
penaltis. Y en la final, ante el Sao Paulo, siendo justos, podríamos
haber ido al descanso perdiendo, pero en la segunda parte un gol de Marc
Muniesa nos dio la victoria. En la segunda Nike Cup, en los cuartos de
final íbamos ganando 2-0 a los 20 minutos al Internacional de Porto
Alegre. Nos empataron a dos y a dos minutos del final un gol de Roger
Riera nos metió en semifinales".
En su año con el Maccabbi y
ahora con el Basilea, el técnico catalán ha podido conocer diferentes
modelos de fútbol y destaca del Barça que "es un club que cree de verdad
en el trabajo con los jugadores jóvenes. Eso lo noté también en el año
en que estuve en el Espanyol, pero no en otros clubes". Como ha quedado
claro, ha trabajado con jugadores que, aunque aún son jóvenes, ya
empiezan a ser importantes, pero no quiere quedarse con uno o pocos
nombres. "Tengo la suerte de poder decir que de todos los jugadores con
los que he trabajado he aprendido algo y me he podido quedar con algo.
Pero también tengo claro que ninguno de ellos podía haber hecho nada sin
la ayuda de sus compañeros".
Además de ser cuatro años
entrenador, Víctor Sánchez estuvo otros tres como coordinador del área
de metodología del club, el área encargada de "poner las bases para que
todos los técnicos y entrenadores que pasan por el Barça tengan clara la
línea de juego y que tenga continuidad ese estilo que todo el mundo
identifica como el Barcelona".
Sánchez sólo tiene buenos
recuerdos del Barça, pero estando como coordinador del área de
metodología decidió marchar al Maccabi. "Yo siempre he querido ser
entrenador y el Barcelona me dio esa oportunidad. Pero, aunque estaba
muy bien en el club, necesitaba volver a entrenar, y esas ganas de
entrenar fueron las que me llevaron a tomar la decisión de irme". Y se
fue como ayudante de Paulo Sousa al Maccabi. "A él no le conocía
personalmente, pero si a Nacho Torreño, que estaba en su staff técnico.
Necesitaban un ayudante, alguien en Barcelona les dio mi nombre y me
escogieron".
Un año en el Maccabi y ahora en el Basilea. Dos
experiencias diferentes pero igual de positivas para Víctor Sánchez.
Tras dejar el Maccabi, se especuló con la possibilidad que Paulo Sousa, y
él, fichasen por un Espanyol que acababa de perder a Javier Aguirre.
"Sé que en los diarios catalanes hablastéis de esa opción. Al Espanyol
le quiero mucho. Pasé un año extraordinario allí, pero no sé hasta que
punto lo que hubo solo fueron rumores o si hubo algo más".
Ahora
lleva un par de meses en el Basilea, actual campeón de Suiza. Han
comenzado bien la liga y estarán en la Champions League donde, quien
sabe, igual les toca el Barça. "Está claro que nos tiene que tocar un
club importante dentro del bombo 1 y ojalá fuese el Barça. Más allá de
los colores, si te gusta el fútbol jugar en el Camp Nou es una
experiencia muy grande. Y si nos toca, pues nada, iremos al Camp Nou con
nuestra segunda equipación e intentaremos hacerlo lo mejor posible".
Me hace gracia que muchos cules y aficionados de otros equipos que cuentan con pocos canteranos en su once títular y menos en el banquillo... Que cada año se pueden subir seis o siete jugadores de madia, e ir echando a los que subieron las más proximas a los nuevos...
La hornadas cuelen salir cada cuatro o cinco años... a la del 87: Messi, Pique, Pedro... Los sustituira los 91: Montoya,, Rafinha, Deulofeu... y a estos los del 95, que la mayoría estan ya en el filial blaugrana y casi todos todavía en edad juvenil. Entre medias pueden salir un jugado o dos de la cantera que se puede aprovechar. Pero mientras que aqui cada año se cuenta con los jovenes (a excepción de la pasada con el Tata) los demás clubs apenas dan cancha a los suyos, pero lugo no pararan de criticar este sistema que es beneficioso para el club a la larga