Crónica de los hechos
"Histeria, gamberrismo y alcoholismo de los seguidores del Rangers" titulaba la revista "RB" (Revista Barcelonista) en su número 863, donde daba cuenta de que "sucesivas invasiones de hooligans borrachos saltan sobre las butacas del estadio e invaden el terreno de juego pisándose unos a otros en un lamentable estado de embriaguez. Varios espectadores, en su ceguera saltan por la tribuna y caen en el foso produciéndose lesiones y roturas". Era sólo el principio de la batalla.
Los escoceses, rechazados en su primera carga por los ‘grises’, tomaron al asalto los bares del Camp Nou para recoger botellas con las que agredir a los policías. Vidrieras, sillas, botellas, banderas. porras...parecía el Camp Nou un ‘saloon’ del oeste en plena pelea.
Armand Carabén, portavoz del club y persona poco afecta al régimen franquista no tuvo más remedio que declarar que "la actuación policial ha sido ejemplar. Tuvieron que responder a las provocaciones de los energúmenos. La policía, si pecó de algo, fue de prudencia".
Lev Yashin, sin entender nada de lo que pasaba aseguraba que "felicito a la policía española por su correcta actuación ante el reprobable espectáculo de los seguidores británicos".
Hasta el alcalde de Glasgow, Lord John Mains calificó la conducta de sus conciudadanos como: "lamentable y vergonzosa, pero no por ella se puede acusar a la ciudad de Glasgow".
A raiz de estas declaraciones, la prensa de Barcelona solicitó que “una delegación de personas honorables, que no dudamos que existen y en gran número en la bella capital escocesa, visitaran nuestra ciudad para mitigar el mal sabor de boca que han dejado sus paisanos”.
Y es que, ayer como hoy, para la prensa convencional y para los dirigentes deportivos los culpables siempre son los mismos y los palos siempre deben ir hacía el mismo lado.
La serie de invasiones del campo que se produjeron durante el transcurso del partido por parte de los aficionados y por la batalla campal con la policía con más de un centenar y medio de heridos y un muerto. "La Batalla de Barcelona" le costó al club más de dos millones de las antiguas pesetas para reparar todos los desperfectos y llevó a la expulsión del Rangers de Europa
La consecuencia inmediata de este incidente fue que condicionó el origen de la Supercopa de Europa. Ajax de Amsterdam, campeón de la Copa de Europa, y Glasgow, ganador de Recopa, debían enfrentarse en este nuevo torneo. La sanción que arrastraban los escoceses provocó que la UEFA se negara a organizar el enfrentamiento oficial. Sin embargo, no pudo impedir que por su cuenta planearan realizar dos encuentros, 16 y 24 de enero de 1973, en las ciudades de ambos equipos para incrementar los ingresos de los clubes.
"Histeria, gamberrismo y alcoholismo de los seguidores del Rangers" titulaba la revista "RB" (Revista Barcelonista) en su número 863, donde daba cuenta de que "sucesivas invasiones de hooligans borrachos saltan sobre las butacas del estadio e invaden el terreno de juego pisándose unos a otros en un lamentable estado de embriaguez. Varios espectadores, en su ceguera saltan por la tribuna y caen en el foso produciéndose lesiones y roturas". Era sólo el principio de la batalla.
Los escoceses, rechazados en su primera carga por los ‘grises’, tomaron al asalto los bares del Camp Nou para recoger botellas con las que agredir a los policías. Vidrieras, sillas, botellas, banderas. porras...parecía el Camp Nou un ‘saloon’ del oeste en plena pelea.
Armand Carabén, portavoz del club y persona poco afecta al régimen franquista no tuvo más remedio que declarar que "la actuación policial ha sido ejemplar. Tuvieron que responder a las provocaciones de los energúmenos. La policía, si pecó de algo, fue de prudencia".
Lev Yashin, sin entender nada de lo que pasaba aseguraba que "felicito a la policía española por su correcta actuación ante el reprobable espectáculo de los seguidores británicos".
Hasta el alcalde de Glasgow, Lord John Mains calificó la conducta de sus conciudadanos como: "lamentable y vergonzosa, pero no por ella se puede acusar a la ciudad de Glasgow".
A raiz de estas declaraciones, la prensa de Barcelona solicitó que “una delegación de personas honorables, que no dudamos que existen y en gran número en la bella capital escocesa, visitaran nuestra ciudad para mitigar el mal sabor de boca que han dejado sus paisanos”.
Y es que, ayer como hoy, para la prensa convencional y para los dirigentes deportivos los culpables siempre son los mismos y los palos siempre deben ir hacía el mismo lado.
La serie de invasiones del campo que se produjeron durante el transcurso del partido por parte de los aficionados y por la batalla campal con la policía con más de un centenar y medio de heridos y un muerto. "La Batalla de Barcelona" le costó al club más de dos millones de las antiguas pesetas para reparar todos los desperfectos y llevó a la expulsión del Rangers de Europa
La consecuencia inmediata de este incidente fue que condicionó el origen de la Supercopa de Europa. Ajax de Amsterdam, campeón de la Copa de Europa, y Glasgow, ganador de Recopa, debían enfrentarse en este nuevo torneo. La sanción que arrastraban los escoceses provocó que la UEFA se negara a organizar el enfrentamiento oficial. Sin embargo, no pudo impedir que por su cuenta planearan realizar dos encuentros, 16 y 24 de enero de 1973, en las ciudades de ambos equipos para incrementar los ingresos de los clubes.