El primer derbi oficial, fue el 27 de enero de 1901, acabó con 1 - 4 para el Barça gracias a cuatro goles de Hans Gamper que neutralizaron el inicial de Angel Ponz. Al finalizar el choque, Gamper y el resto de jugadores entonaron tres "hurras" por el RCE Espanyol, por su exquisito comportamiento.
Este "buen rollo", entre ambos clubs, se mantuvo durante casi una década. Concretamente, hasta la temporada 1911/12. En la anterior, el RCE Espanyol se proclamó subcampéon de la Copa de España disputada en Bilbao.en la fase final Varios clubs, entre ellos el Barça, optaron por no acudir a aquella cita final, que quedó claramente deslucida.
La Federación, para recuperar el favor del Barcelona, optó por concederle la organización de la siguiente copa, lo que el RCE Espanyol consideró un agravio. El Barça ganó aquella Copa, en la que no participó el RCE Espanyol, que planteó un reto a su rival para decidir un supercampeón. Hubo doble victoria "perica" (1-0 y 4-0) pero el segundo choque se saldó con un escándalo de tales proporciones que ambos clubs, además de acusarse mutuamente de haberlo provocado, redactaron sendas notas en las que juraban que no volverían a enfrentarse nunca más.
Es evidente que mientras se mantuvo esa igualdad deportiva existió esta rivalidad.
Claro que en cuanto el Barça tomó ventaja en potencial deportivo, los derbis fueron perdiendo esa intensidad hasta la actualidad, en que son partidos muy diferentes a los que se disputaban a principios del s.XX, con un Espanyol al que es más habitual ver luchando por no bajar que por entrar
en Europa.
El crecimiento de Barcelona y la absorción de los barrios por facilitó el crecimiento de ambos en detrimento de equipos más "locales" (Sants, Europa, Poble Sec...), favoreciendo crecer la rivalidad, entre el Barça y el Espanyol
Después la llegada de las oleadas migratorias coincidió con un Espanyol dividido por las luchas internas por la propiedad del campo de Sarrià, lo que facilitó la adscripción de los recién llegados aún club unido y más fuerte como el Barça. Era una manera de integrarse a la sociedad catalana de la postguerra
Y el Barça (pese a quien pese) ya desde los años 20 era visto en el resto de España como un club catalanista, lo que le valió durísimos ataques en la prensa y en la Federación