La aparición de los diez jugadores del Barça capitaneados por Pep
Guardiola fue saludada con una gran ovación, por lo pocos miles de
aficionados que estaban en el Estadi. Eran las "diez de últimas" de la
postura blauugrana. Se alinearon sobre la banda y permanecieron
impávidos hasta la llamada del árbitro al capitán. Hubo un pequeño
diálogo entre ambos y la inmediata retirada de los barcelonistas del
terreno. Díaz Vega se volcó entonces en explicaciones hacia los
jugadores del Atlético, ansiosos de poner punto final al 'show',
envuelto en hostilidad hacia ellos por parte de los aficionados.
Poco después desapareció el árbitro, desfiló el equipo rojiblanco y se desperdigaron los aficionados en medio de una pequeña división de opiniones. Desde los que hablaban de "escena antideportiva" hasta los que respaldaban la consecuente postura de autoridad del club blaugrana, ante esta "injusticia" de hacerle jugar no teniendo los jugares para confeccionar, ni si quiera un once títular con 10 jugadores de campo y un portero.
Era el final a dos horas de enigma y tensión de una "muerte anunciada". Para los medios informativos la jornada no había terminado ni mucho menos. Quedaba la aparición de Josep María Antrás, portavoz del club, para explicar la postura de la entidad blaugrana. Esto provoco un terremoto de polémicas en el "puente aéreo". Madrid no entendió la interpretción blaugrana y el Barcelona no se explicaba la tozudez federativa y más siendo los culpables de colocar un partido en una fecha marcada por la FIFA, para concentración de los jugadores con sus respectivas selecciones.
Poco después desapareció el árbitro, desfiló el equipo rojiblanco y se desperdigaron los aficionados en medio de una pequeña división de opiniones. Desde los que hablaban de "escena antideportiva" hasta los que respaldaban la consecuente postura de autoridad del club blaugrana, ante esta "injusticia" de hacerle jugar no teniendo los jugares para confeccionar, ni si quiera un once títular con 10 jugadores de campo y un portero.
Era el final a dos horas de enigma y tensión de una "muerte anunciada". Para los medios informativos la jornada no había terminado ni mucho menos. Quedaba la aparición de Josep María Antrás, portavoz del club, para explicar la postura de la entidad blaugrana. Esto provoco un terremoto de polémicas en el "puente aéreo". Madrid no entendió la interpretción blaugrana y el Barcelona no se explicaba la tozudez federativa y más siendo los culpables de colocar un partido en una fecha marcada por la FIFA, para concentración de los jugadores con sus respectivas selecciones.