David Torras (El Periodico)
De madrugada, cuando Madrid era una ciudad fantasma, el restaurante
Txistu, uno de los templos merengues, escenario de tertulias y de alguna
conspiración de la
central lechera, estaba a reventar.
Como siempre. Pero es probable que poco antes recibieran más de una
llamada cancelando alguna reserva. Es lo que ocurre últimamente cuando
el Barça pasa por el Bernabéu. La historia en esto también ha cambiado
y, ahora, a diferencia de los viejos tiempos, al madridismo se le han
quitado también las ganas de cenar.
Así que Cristiano Ronaldo, que hace un año tras el 0-2 ya suspendió una
reserva de un salón entero para 40 personas, tampoco apareció esta
vez. No hace falta ni que llame, que la gente del Txistu ya sabe que
cuando pierde no está para nada y más después de verle correr y correr
sin tocar bola, y levantar los brazos desesperado.
En medio de un ambiente poco entusiasta, con el madridismo alicaído,
más allá de la una, cuando Mourinho debía estar en casa preguntándole a
las paredes ¿por qué? ¿por qué?, cuando Florentino debía tener los
ojos como platos, con la pesadilla del Barça martilleándole mientras
contaba los millones tirados por la ventana, cuando Valdano quizá
releía a Cortázar con una media sonrisa pensando en su
amigo Mou,
cuando Ronaldo tal vez se puso a hacer abdominales para intentar ganar
a Messi en algo, ahora que ya sabe que volverá a quedarse sin Balón de
Oro, de repente, un animado murmullo empezó a recorrer el comedor.
Algunos se levantaron y empezaron a fotografiar a esa rostro de piel
rosada, que atravesaba la sala, sonriente, pero ligeramente sorprendido
por la situación. Un aficionado se acercó y le puso una bufanda del
Madrid sobre el cuello que él se quitó inmediatamente, sin tiempo para
que nadie pudiera tomar una fotografía, una imagen que más de uno
pagaría por dar en portada.
Y entonces, esporádicamente, empezó a escucharse un grito. Era el
nombre de un equipo, repetido con fervor. No, no era del Madrid.
Tampoco el de un club español. Era el equipo que ese rostro sonrosado
dirige desde hace 24 años.
"Manchester, Manchester, Manchester",
repetían. Y, con ese grito, con ese gesto de capitulación, con la
única esperanza que le queda para aliviar sus penas, con ese gesto que
una vez más desmonta la hipocresía de los sentimientos patrióticos, Sir
Alex Ferguson se fue a dormir. El madridismo, que también se ha
quedado sin el recurso de Rául, necesita más a quien les restregó su
pasado franquista que a Mourinho. ¿Por qué? ¿por qué?
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No hace mucas semanas una "juntaletras" que sale en un programa de la
"Caverna Merdiatica" criticaba a los cules que animaban a los equipos
extranjeros que se enfrentaban al Madrid. Esa ¿Señorita? (no se si es
casada) pues echaba bilis por su boca, acusandonos de malos "patriotas",
dijo de todo menos bonito de la afición...
Esa ¿Señorita? (sigo sin saber su estado civil) ahora parece que aplaude
con las orejas esta manifestación tan "patriota" por parte de los
aficionados del Madrid...
Yo a diferencia de usted ¿Señorita? (si es soltera es logico que la
llame señortita... pero no lo se) estoy conforme en que los madridistas
aplaudan a Ferguson... por que lo contrario seria muy hipocrita, como
usted que ahora no lo critica, debería entender que los cules nos
alegremos de que el Madrid pierda hasta a las canicas, si es posible.
Pero claro recordemos que usted, si es una hipocrita... por que tiene
dos varas de medir, una para sus aficionados, otra para los rivales.
Eso si, veo mucho hipocrita que en su día salto por los aires ante las
declaraciones de Ferguson sobre el Madrid y Franco y hoy esos mismos
hipocritas le chuparian la polla a Fergurson o se dejarian sodomizar
simplemente sin con ello se aseguraran la derrota del Barça.
Y me sorprende porque queda el partido de vuelta y es posible que sea el
Madrid el rival del Manchester... entonces los hipocritas no gritaran
lo de ¡¡Manchester, Manchester, Manchester!!!
Si los hipocritas volaran, evidentemente el cielo estaria cubierto toda
la vida y esto va para cualquier aficionado de cualquier equipo