Mundo Deportivo
El Barça pierde
estrepitosamente la batalla de los ingresos contra sus grandes
competidores en las zonas VIP y Hospitality en sus diferentes versiones.
Los datos que maneja el área comercial del club son abrumadores e
indican que, pese a la máxima capacidad del estadio azulgrana, con casi
cien mil espectadores, el Real Madrid, que no llega a los 86.000 no sólo
duplica las plazas VIP (2.203 del Camp Nou contra
4.862 del Bernabéu), sino que casi cuadruplica su rentabilidad. El Barça
obtiene por los palcos de lujo 12 millones mientras que el Madrid
alcanza los 43 m.
Una diferencia contra la que, en las actuales condiciones del estadio, resulta imposible competir. Es el número de plazas, las condiciones de servicio y las comodidades las que finalmente seducen a empresas, grandes familias y clase alta del fútbol para pagar más que nadie por asientos y palcos donde se nada en champán y canapés además de áreas de negocios privadas o compartidas con una visibilidad excepcional y un aislamiento que vale su peso en oro.
Con la actual estructura del estadio no es posible ampliar la capacidad de asientos cinco estrellas ni mejorar las actuales tampoco. El Real Madrid potenció hace años esta oferta gracias a que, en su caso, la dependencia y obligaciones con el abonado son menores.
Contra el Arsenal londinense la situación de desventaja del Barça aún es más evidente, pues el Emirates, de construcción relativamente reciente, cuenta con casi 10.000 plazas de privilegio por las que obtiene también 40 millones de ingresos, como el Manchester United. El Allianz Arena del Bayern Munich, más moderno, también obtiene una gran rentabilidad de sus más de 3.000 plazas de oro.
El Barça también se ha fijado en la Juventus de Turín, una ciudad relativamente pequeña con un estadio con menos de la mitad de aforo del Camp Nou, que, no obstante, recauda 5 millones más que el club azulgrana con su oferta actual.
La previsión es que el nuevo Camp Nou gane unas 2.000 plazas VIPS hasta sumar unas 4.000, pero con un rendimiento que se calcula superará los 40 millones de euros, un mercado que por sí solo aportará casi 30 millones de ingresos extra cuando se pongan en funcionamiento.
Cuadruplicar los ingresos de esta línea de explotación es el gran negocio de la reforma, tanto que le permitirá al club financiar el estadio con recursos propios y amortizar el gasto en muy pocos años y sin necesidad de derramas o subidas de carnet. El cliente VIP es la gran asignatura pendiente del Camp Nou.
Esto es algo que debemos agradecer al Ayuntamiento de Barcelona, que estaba gobernado por el PSOE (Narcis Serra, Joan Margall) y una Generalitat gobernada por CiU (Jordi Pujol) y la AAVV de Les Corts, que durante muchos años "boicotearon" todos los proyectos presentados por Josep Lluis Núñez y su Junta para la mejora del entorno del Camp Nou y el propio estadio.
Podiamos recordar incluso el Proyecto Barça 2000 o el Proyecto Foster, ambos se han quedado metidos en un cajón del Ayuntamiento y de la Generalitat.
Una diferencia contra la que, en las actuales condiciones del estadio, resulta imposible competir. Es el número de plazas, las condiciones de servicio y las comodidades las que finalmente seducen a empresas, grandes familias y clase alta del fútbol para pagar más que nadie por asientos y palcos donde se nada en champán y canapés además de áreas de negocios privadas o compartidas con una visibilidad excepcional y un aislamiento que vale su peso en oro.
Con la actual estructura del estadio no es posible ampliar la capacidad de asientos cinco estrellas ni mejorar las actuales tampoco. El Real Madrid potenció hace años esta oferta gracias a que, en su caso, la dependencia y obligaciones con el abonado son menores.
Contra el Arsenal londinense la situación de desventaja del Barça aún es más evidente, pues el Emirates, de construcción relativamente reciente, cuenta con casi 10.000 plazas de privilegio por las que obtiene también 40 millones de ingresos, como el Manchester United. El Allianz Arena del Bayern Munich, más moderno, también obtiene una gran rentabilidad de sus más de 3.000 plazas de oro.
El Barça también se ha fijado en la Juventus de Turín, una ciudad relativamente pequeña con un estadio con menos de la mitad de aforo del Camp Nou, que, no obstante, recauda 5 millones más que el club azulgrana con su oferta actual.
La previsión es que el nuevo Camp Nou gane unas 2.000 plazas VIPS hasta sumar unas 4.000, pero con un rendimiento que se calcula superará los 40 millones de euros, un mercado que por sí solo aportará casi 30 millones de ingresos extra cuando se pongan en funcionamiento.
Cuadruplicar los ingresos de esta línea de explotación es el gran negocio de la reforma, tanto que le permitirá al club financiar el estadio con recursos propios y amortizar el gasto en muy pocos años y sin necesidad de derramas o subidas de carnet. El cliente VIP es la gran asignatura pendiente del Camp Nou.
Esto es algo que debemos agradecer al Ayuntamiento de Barcelona, que estaba gobernado por el PSOE (Narcis Serra, Joan Margall) y una Generalitat gobernada por CiU (Jordi Pujol) y la AAVV de Les Corts, que durante muchos años "boicotearon" todos los proyectos presentados por Josep Lluis Núñez y su Junta para la mejora del entorno del Camp Nou y el propio estadio.
Podiamos recordar incluso el Proyecto Barça 2000 o el Proyecto Foster, ambos se han quedado metidos en un cajón del Ayuntamiento y de la Generalitat.