Sorprendentemente Emilio Sagi Liñan (conocido en el Barcelona por
Sagi-Barba, por ser hijo de un gran baritono de la la época) jamás falló
un penalti en los 446 partidos que disputó como blaugrana (según
oficializa el club en sus archivos) y marcó 137 goles. En vísperas de su
debut nadie imaginaba que algún día Sagi-Barba o "Tití" o incluso "el
Medalas", como le apodaban en el vestuario, podría llegar a semejantes
cifras. Es más, la única persona que confiaba en ese joven delgaducho de
mediana estatura era alguien ajeno al propio vestuario: Manuel Torres,
el "Barraquer". A pesar de ser una familia que dió grandes deportistas,
el único que no llegaría a triunfar fue su hermano Enrique Sagi Liñan,
que jugó algunos partidos con el RCE Espanyol.
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