Por primera vez desde su llegada en 1996, Luis Enrique era cuestionado
por la afición blaugrana. Era en octubre de 2003, varios factores
influyen en ese complicado momento que atravesaba Lucho. Por un lado, su
juego no está a la altura de lo que se espera de él. Sólo había marcado
un gol en lo que iba de Liga, y de rebote. Además, y que en varios
partidos ni siquiera ha dispuesto de ocasiones claras. Rijkaard había
recolocado al asturiano en la medio o en el extremo, lo que le obligaba a
un esfuerzo para recuperar su posición en el campo, que a sus 33 años
le suponía un desgaste superior. Desde el vestuario en cambio se le
defendía a capa y espada.
"Lo siento por él porque es un jugador que lo ha dado todo desde que llegó al Barça" [...] "Es la ley del fútbol: cuando el equipo juega mal la gente puede criticar. Igual a los que acaban de fichar como a los más veteranos. Lo que tiene que hacer él y todos es trabajar para invertir esta situación. Tenemos que armarnos, crecer como equipo y cambiar la opinión de los aficionados", declaraba Rijkaard a la prensa
"Lo siento por él porque es un jugador que lo ha dado todo desde que llegó al Barça" [...] "Es la ley del fútbol: cuando el equipo juega mal la gente puede criticar. Igual a los que acaban de fichar como a los más veteranos. Lo que tiene que hacer él y todos es trabajar para invertir esta situación. Tenemos que armarnos, crecer como equipo y cambiar la opinión de los aficionados", declaraba Rijkaard a la prensa
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