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dimecres, 2 de gener del 2013

2013 con Abidal


Xavi Muñoz (Mundo Deportivo)

Si existe una posibilidad de que Éric Abidal pueda convertirse en un futbolista excepcional, más allá de la leyenda de este Barça increíble y único, la corta carrera hacia ese destino empieza ahora, coincidiendo con el año nuevo y con su alta oficial en esa lista de jugadores del FC Barcelona inscritos en la Liga de Fútbol Profesional, donde hasta ahora ha faltado el dorsal '22', el que por derecho le pertenece desde hace años.
Con la apertura del mercado de invierno, Abidal volverá a tener ficha para jugar y volverá a su lugar en esa reducida y selecta lista de cracks que cada domingo puede alinear Tito Vilanova: basta con que el club realice ese trámite administrativo que tiene previsto formalizar en cuestión de horas. Es probable que Éric no sienta la presión, pues cuando uno regatea el cáncer dos veces en el quirófano, el fútbol debe parecer un juego de niños, algo casi secundario, pero para el lateral francés ambas son batallas inseparables. “Quiero volver a jugar -ha manifestado- porque estoy en deuda con el Barça”. Lo que quiere decir que cuando Éric se ha sentido otra vez clínicamente sano, haciendo planes con su familia y disfrutando como siempre de cada feliz día de su existencia, su único pensamiento se ha centrado en el fútbol y en el Barça, para él la última y definitiva fase de su curación, encarada con la misma mentalidad con la que se enfrentó a un tumor maligno y luego a un transplante como única alternativa de vida.
El Barça y la ciudad de Barcelona, que ya formaban una parte inseparable de su carrera, han pasado de ser elementos circunstanciales a pilares insustituibles de su nueva realidad, un intangible sin el que su propia lucha perdería sentido. Así lo sintió cuando reapareció tras la primera operación, el 3 de mayo de 2011, momento que para muchos barcelonistas y para él mismo fue el más especial vivido en el Camp Nou.
Del mismo modo que entonces no se esperaba Éric levantar la Champions en Wembley  tampoco imaginaba, ni él ni nadie, que el cáncer volvería a golpearle incluso con más fuerza un año exacto después de ser diagnosticado el primero. En este tiempo, Abidal ha sido ejemplo de actitud ante la vida y ante el deporte, convirtiéndose en un referente tanto para cualquier profesional del fútbol como para cualquier aficionado de a pie. Lo sabe y se lo han dicho, pero él se niega a aceptar la singularidad de su caso. “No he hecho nada que no hubiera hecho otra persona en mi situación”, repite.
Carrera contra el tiempo
La carrera ahora es contra su propia salud y contra el reloj. Tiene 33 años y sólo unos meses para demostrar y demostrarse que es capaz de volver a jugar a primer nivel. Ahora empieza ese sprint de la gloria cuya recompensa y único premio radica en su propia lucha, no en pisar el Camp Nou o marcar un gol.
Al menos, intentarlo
Como profesional y como barcelonista comprometido siente que no sería honesto dejar de intentarlo, así lo piensa y así se lo propone. “Sólo Dios sabe qué nivel tendré, pero si veo que estoy justo de fuerzas, dejaré sitio a los jóvenes”, acaba de manifestar el defensa francés, que se esforzará por recuperar esa banda izquierda o un puesto de central donde al Barça le hace tanta falta su altura y clase. Si le preguntan, diría que los peores días han sido los últimos, antes de poder entrenar de nuevo con sus compañeros, pendiente de ese alta médica que no llegaba. No existen precedentes, hay riesgos y temores porque nadie ha protagonizado nunca lo que parece un cuento de perseverancia con milagro final.
Es probable que si la recaída de Tito no hubiera coincidido con su regreso menos personas del vestuario y del club hablarían con tanta fe y tanta confianza de lo imposible, o casi imposible: que Abidal juegue otra vez al fútbol. Lo consiga o no, pues la recuperación física tan exigente que deberá alcanzar Abidal para competir por un puesto con sus compañeros requiere un esfuerzo titánico, el Barça habrá ganado el mejor título de 2013, el de la esperanza.
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Espero que pronto podamos ver de nuevo al bueno de Abidal sobre el terreno de juego, eso significara que habra dado un paso enorme en su curación y que esta sea la definitiva. Ánimos Abidal, tu puedes y nosotros te esperamos con los brazos bien abiertos, todas las batallas tienen su héroe y tu eres el nuestro, demuéstranos a todos de lo que somos capaces los seres humanos tu fe y tu fuerza será la nuestra, esperamos ansiosos tu regreso y el de Tito, otra increible persona que a pesar de esas piedras que se ha encontrado en el camino ha sabido luchar contra ellas, un abrazo a los dos