Jordi Gil/Ivan San Antonio (Sport)
El fútbol
formativo del Barça cuenta desde este verano con dos nuevos
responsables, Guillermo Amor y Albert Puig. Su objetivo nada más llegar
fue actualizar la línea de trabajo marcada a lo largo de los últimos 25
años, con una mayor profesionalización de los técnicos y potenciando
tanto los valores futbolísticos como, sobre todo, los humanos, de todos
los jugadores de su área; es decir, desde los prebenjamines hasta los
jugadores de 16 años.
En sus primeros días en el cargo, ambos
formaron una estructura en la que tienen cabida técnicos que ya estaban
en el club y otros del resto de Catalunya. Puig explica que
“anteriormente todos los entrenadores trabajaban a tiempo parcial. Ahora
los técnicos de fútbol once y el coordinador de fútbol siete trabajan a
jornada completa. Con la fórmula de antes, acababas destrozado”.
A
nivel contractual, el cambio radica en que “antes se hacían año a año y
parecía que su continuidad dependiera del resultado cuando había algún
entrenador que llevaba ya 14 años en el club. Ahora buscamos una
estabilidad de tres años contractuales”.
Tanto Guillermo Amor
como Albert Puig coinciden en reconocer que “decir que empezamos de cero
sería demasiado pretencioso. Desde hace 20 años se hace un buen trabajo
en el fútbol formativo con hombres como Oriol Tort, Laureano Ruiz,
Olivé, Serra Ferrer, Alexanco… Nosotros hemos dado otro impulso. Hemos
formado un grupo de seis o siete entrenadores a los que formamos con una
metodología. Queremos tener una cantera de entrenadores, al igual que
ocurre con los jugadores, y ojalá que alguno pueda dirigir algún día al
primer equipo”.
La nueva Masia está llamada a ser otro puntal del
fútbol base, cuya construcción debería estar finalizada para la próxima
campaña, ya que “tenemos que ser como una familia. Nos encanta que todo
esté centralizado para facilitar la comunicación, aunque tenemos suerte
de contar con gente como Pep, Tito o Altimira, con los que la
comunicación es permanente”.
Su objetivo es fomentar los valores
humanos de los chicos y buscar un perfil “como el de Xavi o el de Puyol.
Se trata de que tengan una educación, disciplina y humildad. Un mal
gesto es castigado y todo esto les ayudará a ser profesionales. Les
inculcamos los valores que algún día pueden permitirles jugar en el
primer equipo”.
Ante todo, los responsables del fútbol formativo
valoran que los chicos “quieran estar en el Barça. Seguro que se
repetirán casos de jugadores que se marcharán a Inglaterra o a otros
clubs, pero en ese caso tampoco hay que hacer un drama”. Amor y Puig
sólo reciben a representantes de jugadores mayores de 14 años y sólo si
tienen una autorización de los padres. El primer contrato laboral puede
firmarse a los 16 años, aunque recalcan que la cantidad que perciben “no
da para que un padre viva del niño. Lo más importante que ofrece el
Barça es La Masia y los estudios”.
Los dos responsables inician
su jornada laboral a las nueve de la mañana y pasan unas doce horas
diarias en la Ciutat Esportiva, con reuniones matinales y siguiendo los
entrenamientos por la tarde. Los fines de semana se reparten los
partidos y sólo descansan el domingo por la tarde. Amor insiste en que
“lo hacemos por pasión y por sentimiento. Esto es lo que nos gusta...
estar en el Barça es lo máximo”.
El fútbol base es su vocación y
el ex jugador del ‘Dream Team’ subraya que “aquí no te puedes apuntar
medallas si sube algún futbolista al primer equipo, porque es un trabajo
colectivo de mucha gente”. Puig añade que para todos es una gran
motivación ver “como Pep Guardiola incluso viene a ver entrenamientos de
infantiles…Imagínate lo que esto significa para los chavales”.
Por
tanto, las directrices están muy claras y su filosofía es contraria a
la de “querer subir rápido y ganar dinero pronto. Aquí se buscan otros
valores”.
...
Bueno los anteriores contratos eran muy pocos los
"padres" vivian de sus hijos... A la mayoria que yo sepa al padre si de
era de fuera se le daba un trabajo y no en el club, sino que se le
buscaba y con las referencias FCB, pues es lógico que sea más fácil
encontrar algo. No creo que ni Guillem Amor ni Albert Puig, hayan
descubierto ahora la piedra filosofal de la cantera...
Lo que me
parece estupendo es profesionalizar a la banqueta de los distintos
filiales, de esa manera siempre estara el entranador del equipo, ahi en
el cesped para correguir y es que a veces y por motivo de trabajo era
otro compañero el que le sustituia... por lo demás veremos que pasa a
partir de hoy en la cantera y es que mientras los jugadores suban sera
un exito, sino un fracaso
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