El 14 de agosto de 2014, el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) decidía, después de cinco días deliberando y tras una última reunión mantenia esa misma mañana en su sede en Lausana (Suiza), que mantenía la sanción que le había impuesto la FIFA a Luis Suárez por su mordisco a Giorgio Chiellini durante el Uruguay-Italia del Mundial de Brasil.
En un comunicado en su página oficial, el organismo deportivo anunciaba que mantenía la sanción de nueve partidos con su selección y los cuatro meses para el resto de competiciones, además de la multa de 85.000 euros, pero que le condonaba la orden de alejamiento de los campos de fútbol. En ese sentido, el FC Barcelona, que había creído desde el principio en los derechos individuales e inalienables del jugador de poder entrenar junto a sus compeñeros, se sentía parcialmente satisfecho. El club considera que la situación era inadmisible: un futbolista con contrato debe poder trabajar, con independencia de la inhabilitación temporal para disputar partidos oficiales. Además, consideraba que un club no debe ser perjudicado por una acción realizada en una competición de selecciones.
Con ese veredicto, el FC Barcelona y Luis Suárez, que siempre habian sido cautelosos pero optimistas respecto a la resolución del caso desde que declararon el 8 de agosto, podían ver colmados por lo menos sus deseos de que el delantero uruguayo pudiera ser presentado en el Camp Nou el lunes día 18 en el partido del Trofeu Gamper ante el Club León de Guanajuato.
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