De los 10.000 millones de pesetas, obtenidos por el traspaso de Luis Figo (por el pago de su clausula de rescisión) y que llenaron las arcas barcelonistas, Joan Gaspart realizaba una serie de incorporaciones que no cuajaron. El por entonces recién elegido presidente culé se encontró con un marrón de cuidado nada más aposentarse en su nuevo cargo. El objetivo primordial era buscar refuerzos que pudiesen hacer olvidar a Figo, que generaran ilusión y que completaran una plantilla que dirigió en primera instancia Lorenzo Serra Ferrer, hasta que los malos resultados dieron paso a Carles Rexach. Y no: no lo logró. Se puede decir, sin miedo a equivocarse, que el gran beneficiado del fichaje de Luis Figo por el Real Madrid fue el Arsenal FC, que recibió en pocos días el 80% de esa transacción. Overmars (40 millones) y Emmanuel Petit (27), este último ofreció un rendimiento lejos de las expectativas, generalmente altas por ser uno de los protagonistas del triunfo de Francia en el Mundial de Francia'98 y por ser importante en Highbury. Pero ni estuvo ni se le esperaba en el Camp Nou, donde nunca se llegó a sentir cómodo
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