Si un handicap tuvo Jordi Cruyff en el equipo blaugrana fue ser el hijo de uno de los mitos del FC Barcelona. El "hijo del Jefe", tal y como lo conocían por aquellos tiempos en el Mini Estadi o por la prensa, era un delantero escurridizo, no excesivamente rápido pero tampoco lento, diestro pero con aceptable zurda, técnico, buen cabeceador y polivalente de mediocampo hacia delante que, tras una gran campaña en el filial, se convertía en una de las esperanzas para la afición blaugrana, la cual se aferraba a la posibilidad de sinergia entre la nueva hornada de canteranos que venían pisando fuerte desde abajo y los retales que aún quedaban de la época más dorada de la historia blaugrana hasta aquel momento, el "Dream Team", tenía su peso vigente en el equipo. El peso de Johan, era muy grande y probablemente fue la loza que hizo que no triunfara en el primer equipo. Tras el cese de Johan, todo los cules sabían que tenía las horas contadas sin la protección del padre
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