Mientras los militares sacaban los tanques, el Barça le pedía 10.000 entradas al Atlético de Madrid para su visita al Manzanares, en un encuentro que podía decidir la Liga. Sin embargo, los colchoneros sólo pasaron 3.000 localidades para la afición barcelonista. Ese duelo quedó eclipsado por lo que pasó en Barcelona el domingo 28-F. Después del Barça-Hércules (6-0) secuestraron a Quini en el garaje de su casa. A partir de ese momento y durante un mes no hubo más tema que el secuestro del carismático pichichi. De forma incomprensible, se siguió jugando la Liga
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