El karma no es sinónimo de venganza. El karma es el equilibrio cósmico,
la ley de la causa y el efecto. Todo lo que va, vuelve. Y eso es lo que
le pasó al RCE Espanyol y más concretamente, a Raúl Tamudo, que el 8 de
julio de 2020 estaba en las gradas del Camp Nou, para dar ánimos a su
equipo y seguir soñando con la permanencia. Han pasado 13 años después
de que, Raúl Tamudo evitara una liga blaugrana y que lo celebro como si
hubiese ganado la Champions o un mundial con la selección. En el partido
en que se jugaba todo, Tamudo era miembro de la estructura deportiva
del club blanquiazul y veía desde primera línea cómo su RCE Espanyol
perdía la categoría en ese mismo escenario. Presente en la grada,
cariacontecido, vio cómo un solitario gol de Luis Suárez provocaba la
derrota de su equipo y, por tanto, consumaba el descenso "perico" a
Segunda. El Karma o tal vez la venganza del socio de Les Corts que monto
su castillo de fuegos artificiales, es un placer que se sirve bien frio
y solo se celebro como un gol más
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