Tras ganar en San Mames, Josep Lluis Núñez quería preparar una invasión en Madrid al estilo de Basilea.
- "Tenemos que Madrid", fue la frase que pronunciaba el presidente al
término del partido de San Mamés, que sitúaba al equipo blaugrana con
los dos pies en la final, se convertiría en el "slogan" que utilizaría
el club blaugrana para que la capital de España respirara al menos por
un día barcelonismo. Cerca de 30.000 seguidores blaugrana se especulaba
que podían estar animando al FC Barcelona el 18 de junio en el Vicente
Calderón. La junta de Núñez estaba empeñada en conseguir que un gran
sector del estadio colchonero fuera invadido por "senyeres" Y el primer
paso se había dado con la contratación de 300 autocares que puso el club
a disposición de socios y simpatizantes y que por 2200 pesetas entrada
incluida; podrían animar al Barça. Quince mil banderines blaugrana y
unas 500 estatuillas de la popular Font de Canaletes estaban preparadas
para volar rumbo a Madrid. El objetivo era claro, hacer de le capital de
España una segunda Basilea.
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