El 22 de enero de 2003, el FC Barcelona recibía la notificación oficial
de que ninguno de los productos suministrados a la plantilla del primer
equipo como complementos a su alimentación estaban contaminado por
restos de sustancias dopantes. Los análisis que fueron llevados acabo en
tres prestigiosos laboratorios reconocidos por el Comité Olímpico
Internacional (COI) certificaban que dichos productos (complejos
vitamínicos y batidos) estaban completamente limpios, demostrándose así
la inocencia del club en los casos que se habían producido por el
presunto dopaje por nadrolona de Frank de Boer y Pep Guardiola.
El central había dado positivo tras un partido de UEFA de la temporada
anterior y el excapitán blaugrana, jugador por aquellos días en paro
forzoso del Brescia italiano, en noviembre del 2001, después de un
encuentro de la Serie A
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