El 21 de maryo de 2011, Iker Romero decía adiós al equipo de su vida, y lo hacía con un doblete histórico bajo el brazo y en unas últimas semanas emotivamente intensas. Aunque una despedida siempre es dura, Iker recibía un emotivo homenaje en el último partido en el Palau, un duelo contra el Balonmano Antequera (36-25) que quedó marcado por su despedida.
Los dos equipos salieron a la pista con el dorsal "18", pero, además, los jugadores del Barça Borges lucieron un espectacular vendaje en la cabeza, rememorando ese momento mágico, ese penalti, esa rosca, ese título europeo que hizo grande la leyenda. Un pasillo dio la entrada a pista al protagonista, mientras un vídeo repasaba sus ocho años en el club, años de sonrisas y lágrimas, como las que derramó copiosamente. Al no renovarlo el club, Iker Romero se marchaba al Fuchse de Colonia
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