Una de las anécdotas más divertidas de la travesía, a bordo del
transatlántico "Mexique", corrió a cargo de Juli Munlloch. La desveló en
septiembre de 1963 el "Boletín Oficial del FC Barcelona". Cruzó una
original apuesta con un compañero: o se cortaba su abundante y lustrosa
cabellera o pagaba un aperitivo, a la carta, al resto de jugadores. El
plazo fijado era de 24 horas. Juli, como catalán que era, además de
responsable, debió hacer números y vio que lo mejor era pasar por las
tijeras del barbero del buque y desprenderse de su ondulada melena que
lo acompañaba desde su niñez
Así lo hizo. Al día siguiente se presentó en el punto de reunión y a la hora acordada con una boina que le cubría la cabeza. "Curiosidad y expectación", entre aquellos que habían realizado la apuesta. Se dirigió lentamente al centro de un círculo que a propósito habían formado sus compañeros y, haciendo una ligera reverencia, se quitó la boina. "¡Había ganado la apuesta!", se había cortado el pelo. Esa fue la razón por la que el extremo, en las imágenes que se conservan de las primeras alineaciones del FC Barcelona en México, lució un sorprendente y riguroso corte de pelo militar.
Así lo hizo. Al día siguiente se presentó en el punto de reunión y a la hora acordada con una boina que le cubría la cabeza. "Curiosidad y expectación", entre aquellos que habían realizado la apuesta. Se dirigió lentamente al centro de un círculo que a propósito habían formado sus compañeros y, haciendo una ligera reverencia, se quitó la boina. "¡Había ganado la apuesta!", se había cortado el pelo. Esa fue la razón por la que el extremo, en las imágenes que se conservan de las primeras alineaciones del FC Barcelona en México, lució un sorprendente y riguroso corte de pelo militar.
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