El 8 de octubre de 2006, el Camp Nou se vistio de gala para un encuentro
internacional de dos selecciones no reconocidas. Catalunya y Euskadi,
se enfrentaban en una jornada reivindicativa, en la que se dieron cita
dos selecciones que aspiraban a competir oficialmente. La presencia del
Presidente de Catalunya, Pasqual Maragall, y la del Lehendakari Juan
José Ibarretxe en el palco, dio mayor trascendencia política a la fiesta
que se vivió en el coliseo barcelonista, al que acudieron 56.354
aficionados que inundaron el recinto de senyeres y pancartas en las que
se pedía la independencia de Catalunya y se lanzaban mensajes al
exterior, en inglés, para que se escuchara la voz de la Plataforma
Pro-Seleccions: "Catalunya is not Spain".
Los seleccionadores Gratacós (Catalunya) e Iríbar (Euskadi), también hicieron una lectura más allá de la deportiva. El técnico catalán comentó que "se ha podido ver que hay dos selecciones que esperan turno para que las reconozcan oficialmente. Por eso, creo que hay un antes y un después del partido de hoy". De la misma manera, Maragall e Ibarretxe se expresaron en la misma dirección. Para el presidente de la Generalitat "las selecciones catalanas son una obviedad en el momento en que el Estatut nos reconoce como una nación". Por su parte, el presidente de Euskadi, vaticinó que "algún día se darán un abrazo en un Mundial los presidentes de Catalunya y Euskadi". El Catalunya-Euskadi fue el tercer encuentro con mayor asistencia de los que se jugaron en Europa ese fin de semana
Los seleccionadores Gratacós (Catalunya) e Iríbar (Euskadi), también hicieron una lectura más allá de la deportiva. El técnico catalán comentó que "se ha podido ver que hay dos selecciones que esperan turno para que las reconozcan oficialmente. Por eso, creo que hay un antes y un después del partido de hoy". De la misma manera, Maragall e Ibarretxe se expresaron en la misma dirección. Para el presidente de la Generalitat "las selecciones catalanas son una obviedad en el momento en que el Estatut nos reconoce como una nación". Por su parte, el presidente de Euskadi, vaticinó que "algún día se darán un abrazo en un Mundial los presidentes de Catalunya y Euskadi". El Catalunya-Euskadi fue el tercer encuentro con mayor asistencia de los que se jugaron en Europa ese fin de semana
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