El 3 de agosto de 1984, partian hacia Andorra la plantilla del FC
Barcelona para comenzar el stage de pretemporada. La filtración de las
ideas de Terry Venables desvelando su intención de "guillotinar" su
plantilla y prescindir de dos o tres hombres de la misma,corrió como
reguero de polvora. Como era de esperar, quienes reaccionaron peor
fueron los cuatro encartados en cuestión. Lo cierto es que el "stage"
dejo de ser un remanso de tranquilidad y paz aparente. La noticia de que
iba a haber déscartes, si Venables ante el fenomenal lío que se había
formado no se echaba para atrás, se palpaba entre la gran mayoría de los
integrantes de la plantilla.
Terry Venables quedó muy sorprendido del asunto. La prensa catalana no era como la inglesa y el técnico no esperaba que secretos del sumario vieran la luz pública de esa forma. Una cosa estaba clara, él no se había ido de la lengua. Había sido alguien que quiso adquirir el papel de protagonista en la sombra. Y le habían estropeado todos sus planes. De tener paz y sosiego había pasado a tener que dar explicaciones a la plantilla, a la prensa, a la directiva, a los aficionados... Los nombres en cuestión eran Urbano, "Pichi" Alonso, Alexanko y "Perico" Alonso
Terry Venables quedó muy sorprendido del asunto. La prensa catalana no era como la inglesa y el técnico no esperaba que secretos del sumario vieran la luz pública de esa forma. Una cosa estaba clara, él no se había ido de la lengua. Había sido alguien que quiso adquirir el papel de protagonista en la sombra. Y le habían estropeado todos sus planes. De tener paz y sosiego había pasado a tener que dar explicaciones a la plantilla, a la prensa, a la directiva, a los aficionados... Los nombres en cuestión eran Urbano, "Pichi" Alonso, Alexanko y "Perico" Alonso
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