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Todos los que jugamos a fútbol con más o menos asiduidad en plan aficionado vamos con mucho cuidado para no sufrir ninguna lesión. Como José P. de la Penya Sang Culé del FC Barcelona, que el pasado sábado se desplazó al pabellón municipal del barrio de Sant Ildefons de Cornellà de (Barcelona) para jugar contra el Cornellà.
Fatídica incursión
Todo iba como estaba previsto, hasta que en el minuto 18 José se interna por banda derecha. Se tiró el balón largo y quiso centrar hacia sus compañeros deslizándose por el parqué, una acción de hecho muy habitual en el fútbol y en el fútbol sala, pero con la mala fortuna que una astilla de unos 40 centímetros se desprendió del parqué y se insertó en su muslo derecho.
La imagen fue espectacular, y al principio cundió el pánico. La astilla quedó fijada en su muslo, siendo muy clara la línea de entrada y de salida de la misma. Pero, pese a la imagen, la herida fue limpia. No dañó ningún nervio, arteria, hueso o músculo.
Ingresó en el Hospital de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde dejaron constancia de "un cuerpo extraño en la pierna". Le extrajeron la astilla y le limpiaron la herida, y fue enviado para casa, donde se recupera.
En esta ocasión, todo quedó en un serio susto, pero pudo haber sido mucho más grave y de ahí que el jugador de la Penya Sang Culé del FC Barcelona esté estudiando realizar alguna denuncia, puesto que otro día podría suceder una auténtica desgracia, algo que ya pasó en 2010. Robson Rocha falleció en Paraná, Brasil, a la edad de 23 años por la misma razón.
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La verdad es que las imagenes imponen un respeto, esto pasa en esos pabellones que pertenecen a los Ayuntamientos y donde la seguridad de los practicantes brilla por su ausencia. Por suerte todo ha quedado en susto, pero vimos como el año pasado una situación parecida le costo la vida a un jugador brasileño: Robson Rocha. Esta "astilla" en el pecho le habría costado la vida y todo por un el mal cuidado de las instalaciones publicas dependientes del Ayuntamiento, que eso si a la hora de cobrar los impuestos a sus ciudadanos, no tienen este descuido
Todos los que jugamos a fútbol con más o menos asiduidad en plan aficionado vamos con mucho cuidado para no sufrir ninguna lesión. Como José P. de la Penya Sang Culé del FC Barcelona, que el pasado sábado se desplazó al pabellón municipal del barrio de Sant Ildefons de Cornellà de (Barcelona) para jugar contra el Cornellà.
Fatídica incursión
Todo iba como estaba previsto, hasta que en el minuto 18 José se interna por banda derecha. Se tiró el balón largo y quiso centrar hacia sus compañeros deslizándose por el parqué, una acción de hecho muy habitual en el fútbol y en el fútbol sala, pero con la mala fortuna que una astilla de unos 40 centímetros se desprendió del parqué y se insertó en su muslo derecho.
La imagen fue espectacular, y al principio cundió el pánico. La astilla quedó fijada en su muslo, siendo muy clara la línea de entrada y de salida de la misma. Pero, pese a la imagen, la herida fue limpia. No dañó ningún nervio, arteria, hueso o músculo.
Ingresó en el Hospital de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde dejaron constancia de "un cuerpo extraño en la pierna". Le extrajeron la astilla y le limpiaron la herida, y fue enviado para casa, donde se recupera.
En esta ocasión, todo quedó en un serio susto, pero pudo haber sido mucho más grave y de ahí que el jugador de la Penya Sang Culé del FC Barcelona esté estudiando realizar alguna denuncia, puesto que otro día podría suceder una auténtica desgracia, algo que ya pasó en 2010. Robson Rocha falleció en Paraná, Brasil, a la edad de 23 años por la misma razón.
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La verdad es que las imagenes imponen un respeto, esto pasa en esos pabellones que pertenecen a los Ayuntamientos y donde la seguridad de los practicantes brilla por su ausencia. Por suerte todo ha quedado en susto, pero vimos como el año pasado una situación parecida le costo la vida a un jugador brasileño: Robson Rocha. Esta "astilla" en el pecho le habría costado la vida y todo por un el mal cuidado de las instalaciones publicas dependientes del Ayuntamiento, que eso si a la hora de cobrar los impuestos a sus ciudadanos, no tienen este descuido
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