La Vanguardia (Dagoberto Escorcia)
¿Qué es la felicidad para un niño? Las respuestas encontradas en un pequeño pero extraordinario libro titulado La felicidad según los niños fueron tan geniales como sabias. "La felicidad es cuando tienen que sacarte un diente y se cae él solo", dijo uno de 10 años.
"Para mí es que te cuiden y te mimen", dijo otro de la misma edad. "Es
dar patadas a las hojas secas", respondió uno de 7 añitos. "Es una
cosa caliente que sientes en la panza", contestó uno de 8. "La felicidad
es que mi mamá y mi papá estén bien", dijo uno de 10. "La felicidad es
comer chocolate", respondió una niña de 6.
El hijo de J. García Serra, que fue operado hace unos meses de un tumor maligno en la cabeza, en un hospital de Barcelona, tiene una respuesta clara para esa pregunta: "La felicidad se llama Abidal",
contestaría seguramente. Y como él todos los otros niños que se
encontraban en la planta octava de dicho hospital a principios de enero
cuando fueron visitados por futbolistas del Barça. "Lo único que yo pretendía con la carta publicada en La Vanguardia
era acabar con esos comentarios que dicen que Abidal es un pesetero,
y, al mismo tiempo, pretendía agradecerle de corazón el detalle que
tuvo con mi hijo". Las palabras pertenecen a J. García Serra, el padre.
"También quería agradecer al Barça el detalle de permitir que los
jugadores visiten un hospital de niños, porque realmente de lo único que
hablaban ellos era de eso. Y lo hacían con una ilusión muy grande. Mi
hijo ese día se encontraba mal por la mañana, pero por la tarde no le
dolía nada", explica.
Fue a finales de julio cuando la vida de esta familia cambió. Las
pruebas confirmaron una enfermedad grave. El médico fue claro: "Su hijo
tiene un tumor maligno, y le está esperando detrás de la puerta". Todo
un golpe bajo.
García Serra explicó en la carta a La Vanguardia que en ese
momento, con el dolor que sentía, de su boca sólo salió una frase.
"Tienes en la cabeza lo mismo que ha tenido Abidal en el hígado, y
mañana te lo quitarán".
Al principio, el niño se quedó callado. Luego habló: "Papá, cómprame
la camiseta de Abidal, que yo lucharé como él y ganaré mi Champions". La
operación era inmediata, y al día siguiente el niño acudió al hospital
con la camiseta, que tuvieron que abrir a la altura del pecho para
aplicarle la medicación.
Pocas semanas después J. García Serra se encontró de casualidad con
Abidal en una tienda del paseo de Gràcia, y le explicó la historia con
cierta timidez. Le enseñó las fotos del niño con la camiseta en la
cabecera de la cama del hospital. Abidal se quedó parado, pero entendió
perfectamente lo que aquel padre le estaba explicando. No le estaba
pidiendo nada. Ni un autógrafo. Ni una foto. Sólo intentaba decirle que
él, Abidal, el defensa del Barça, el que lleva el número 22 a
la espalda, el que superó un tumor en el hígado, había dado una fuerza y
una esperanza extraordinaria a su hijo y a la familia, que no para de
regalarle detalles relacionados con Abidal.
El 5 de enero era el día más esperado por los niños del hospital.
Llegaban los Reyes Magos disfrazados de futbolistas del Barça. A la
planta octava tenían que ir Puyol, Alexis y Piqué, el más esperado por
las enfermeras. Pero al final el novio de Shakira no fue. Subió Abidal,
que reconoció a la primera a J. Garcia Serra, el mismo señor que días
atrás, en una tienda de Barcelona, le había contado la historia de su
hijo. Abidal cerró la puerta y se abrazó al niño, lo besó una y otra
vez. Y lo animó: "Vamos, vamos, hermano, que yo estoy aquí para
animarte. También estoy peleando contra esta enfermedad". El niño rompió
en llanto. Era la primera vez que lloraba. Ni siquiera lo hizo cuando
su padre le comunicó lo que tenía. El padre también lloró.
"Impresionante", dice. García Serra sabe que hay muchos niños luchando
contra enfermedades como la que sufre el suyo. Pero personas como Abidal
muy pocas. Eso es algo que ha valorado todo el vestuario del Barça,
que tuvo el detallazo de brindarle el honor de recibir el trofeo de la
Champions en Wembley. Ayer Abidal llegó a un acuerdo para seguir en el Barça tres temporadas más, revisables cada año. Ayer, el hijo de García
Serra sintió otra vez qué era la felicidad. Su ídolo sigue en el Barça.
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Un autentico gesto donde se demuestra la calidad humana de Abidal, no
hay que valorar el precio de reloj, era más fácil quedarse en casa, que
ir a visitar a un desconocido solo para darle animos.
Que creeis que fue más importante para el niño ese día... el reloj o la presencia de Abidal en la clínica?
A veces resulta más beneficioso para un enfermo una visita que todas las
medicinas que te puedan dar y eso lo puede decir cualquier medico
Pienso que Abidal es una de esas personas que si sólo tuviese una
barra de pan, la compartiria. Un gesto que no todos los presentes
estariamos dispuestos a hacer. Es evidente que a buscado con su renovación un beneficio mayor, eso lo haría cualquier profesional y en cualquier trabajo. Pero si luego, uno es capaz de hacer gestos como este... sencillamente hay que aplaudirle
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