Era una noche de finales de septiembre, una noche fría. La ciudad
parecía casi desierta, posiblemente debido al mal tiempo y a la luna
nueva, lo que hacia más impenetrable la oscuridad...
En el silencio de la oscuridad apenas se oía nada, ni un vehiculo se
atrevía a circular por las calles, la ciudad permanecia dormida. No
lejos de alli una chica estaba sentada en un banco del parque que se
intuía hermoso a pesar de las tenues luces que lo alumbraban...
Era una joven hermosa vestía un traje oscuro, sus ojos estaban tristes y
las lagrimas reflejaban aquella tenue luz, parecía que estaba esperando
a un amigo, a un novio... Su palidez mortecina la hacía visible a pesar
de la oscuridad...
Poco despues apareció una figura, parecía un hombre tan palido como
ella, vestía como un habito con capucha, seria su amado o su amigo... La
figura la rodeo con sus brazos con tanto tacto y dulzura que ella se
dejo llevar conmovida por aquella figura que había surgido de la
oscuridad.
Ambos caminaron un rato por el parque se acercaron al pequeño lago donde
una barcas dormitaban, escogieron una al azar y comenzaron a navegar en
aquel lago.
Mientras paseaban por el lago se miraron a los ojos, con una mirada que
parecía como si hablasen, parecía como si se estuviesen contando los
momentos vividos hasta entonces. La figura seguía remando a la luz de
las estrellas como si quiesiese llegar a puerto antes del amanecer.
La figura le dio nuevamente la mano y ella contempló como se alejaba
cada vez más del lago, de su familia, de sus amigos... Se enfrentaba a
un futuo ignoto para ella en el silencio más profundo de la noche.
Ambos se acercaban a su destino, ese destino que estaba marcado en un
campo de velas, donde una de ellas parecía que se estaba consumiendo
cada vez más rapido. La llama en sus últimos suspiros se movía como si
un viento invisible la quisiera apagar...
La muchacha se quedó sola en la oscuridad y en la soledad, en un mundo
de confusión, ella reflexionó y abrió los ojos a una verídica
realidad: ya sabía quien era la misteriosa figura y sabía cual era su
destino... Su muerte había llegado y simplemente cerro los ojos para
descansar para siempre
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