En la temporada 1990/91, con 13 años recala en los filiales del Atlético de Madrid a los que llega de manos de su padre, un gran seguidor rojiblanco al igual que toda su familia. En su primera temporada, en la categoría infantil tuvo una sensacional primera campaña, su equipo permaneció invicto toda la temporada y Raúl, que entonces jugaba como interior izquierdo, consiguió 65 goles. Al año siguiente, en categoría cadete, los resultados fueron similares y el Barça lo sigue en un torneo disputado en La Coruña, los ojeadores tomaron nota de aquel jugador que habia metido en la campaña anterior 65 goles jugando de interior. El Barça intentó hacerse con los serrvicios del jugador.
¿Pero como lo debían hacer?. Deberian haber contactado con el jugador y su padre, para saber como estaba su situación en el club. En vez de esto, el Barça contacto con una empresa de representantes de Madrid, y con la cual fijaron una cita telefónica.... en caso de que hubiera algún movimiento.
Pero el problema llego al final de esa misma temporada 1991/92, Gil decide desmantelar el fútbol base y el Barça sabiendo que el jugador quedaba libre decidió contratacar y fichar al jugador. A pesar de los contactos, y de alguna que otra visita a la Masia... Raúl Gonzalez decidiria jugar en el equipo blanco, gracias a Paco de Gracia, uno de aquellos ojeadores del Madrid que se adelanto a todos los clubs que podian quedarse con la futura promesa del fútbol
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