El futbol hasta el año 1912 no llegó a interesar como espectáculo. Los primeros partidos que se jugaron en el campo de la calle de la Industria se celebraron sin taquilla. Sin embargo, después comenzarian a cobrar entradas, treinta céntimos por cada una. Se tuvo que vencer muchas campañas, pues muchos de los asistentes consideraban que el futbol no era espectáculo como para pagar una entrada.
En 1913, cuando la pugna interclubs quedó planteada de que se debía cobrar por ver el fútbol... la entrada sufrió un aumento de veinte céntimos, costando dos reales (0,50 ptas). En 1914 las entradas de los partidos internacionales se cobraban a tres reales (0,75 ptas), y en 1918 se estableció una peseta, manteniéndose después y durante algunos años, hasta que el Barça se traslado a Les Corts, el precio de seis reales (1,50 ptas)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada