El secuestro de Enrique Castro ‘Quini’ el 1 de marzo de 1980 hizo temblar los cimientos del Camp Nou, de la entidad y de toda la masa social blaugrana. Lo cierto es que no era para menos. El drama se inició tras la disputa de un Barça - Hércules de Liga en el mismo coliseo barcelonista. Un partido, jugado un domingo a las cinco de la tarde, que acabó con una espectacular goleada por 6 - 0 a la que contribuyó el delantero asturiano con dos tantos, que colocaban al equipo que entrenaba el técnico Udo Lattek en una posición ventajosa para ganar la Liga y al jugador para hacerse con el ansiado Pichichi. Ahí empezó todo un drama y acabaría con la alegría en Can Barça en lo que restaba de una temporada que se prometía muy feliz en el plano estrictamente deportivo.
La cronología del secuestro fue la siguiente. Todo empezó en el mismo Camp Nou una vez hubo acabado el partido y los jugadores ya habían pasado por las duchas. Fue cuando "Quini" abandona el Camp Nou y se dirige hacia la Gran Vía de Carlos III, calle en la que tenía su domicilio particular para recoger su coche. Es entoces cuando es asaltado y secuestrado por tres individuos que le amenazaron con una pistola y le hicieron agacharse en el asiento del copiloto. Poco después lo introducirían en una furgoneta DKW y se darían a la fuga con él en su interior hacia un paradero desconocido.
Se inicia entonces uno de los secuestros más recordados, por el impacto mediático que tuvo y las grandes dosis de sufrimiento que conllevó, de la historia reciente de nuestro país: el de "Quini". Un futbolista internacional de muchísimo peso y de primera línea tanto con la camiseta de la selección como con la del FC Barcelona.
Esa noche su esposa Nieves le esperaba en el aeropuerto barcelonés de El Prat. Esta había llegado de Asturias aquella misma tarde y la ausencia injustificada del delantero en la terminal le hizo empezar a preocuparse por la suerte de su marido y decidió llamar a la policía. Al final se confirmarían sus sospechas y esa misma noche tanto el presidente Josep Lluís Núnez como el entonces directivo Joan Gaspart se personarían en su casa para tratar de dar con el jugador y hacerle compañía aunque no hubo suerte. El secuestro se dilató y la policía trabajó a destajo para dar con el futbolista.
Fueron 24 días que mantuvieron en vilo a nuestro país y a parte del continente europeo, al club y a todos los aficionados del Barça y de otros equipos por más rivalidades que existieran. Fue un hecho lamentable que provocó que el equipo perdiera una Liga que ya tenía encarrilada al no poder concentrarse en el juego. Hubo suerte, ya que los raptores, dos mecánicos y un electricista, no tenían experiencia en secuestros y lo llevaron a cabo como medida desesperada al encontrarse sin trabajo, con deudas acumuladas y en una situación económica sumamente delicada.
En un principio los raptores pidieron 350 millones de las antiguas pesetas por liberar al jugador, pero la policía española empezó a trabajar con distintas y más que variadas hipótesis para poder rescatar al jugador sin que éste hubiese sufrido algún daño de importancia. Ayudó a la mala gestión de la crisis del secuestro el hecho de que corrían unos tiempos de amplia confusión y tensión política pues se produjo apenas un mes después del golpe de estado de Antonio Tejero y tanto la ETA como el GRAPO llevaban a cabo actos terroristas con frecuencia por lo que los nervios estaban a flor de piel y no se descartaba que alguno de estos grupos estuviese detrás del secuestro.
Finalmente, el 25 de marzo llegó el momento que todos deseabamos. El delantero era liberado en Zaragoza tras la ‘Operación Omega’. El Barça no pagó ninguna cantidad por el futbolista y este fue rescatado en un sótano de Zaragoza donde había sido retenido por su raptores que también estaban desquiciados por la gran tensión acumulada.
Lo cierto es que pejudico al jugador y al club. Y también es vergonzoso el comportamiento de la RFEF, permitiendo que jugadores que en esos momento no estaban psiquicamente ni fisicamente para jugar, jugaran aquellos partidos.
Antes del secuestro el Barça estaba a 1 pt del Atletico de Madrid y en aquellos 3 partidos se cosecharon 3 derrotas fuera de su estadio (AtMadrid, Salamanca y RMadrid) y un empate en casa ante el Zaragoza
A pesar de todo, "Quini" ganaria el Pichichi y como consuelo ganaria la Final de la Copa del Rey a su Sporting, metiendole dos goles a su hermano (qepd) portero del Sporting y que no jugó aquellas cuatro jornadas fatidicas
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