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El Barça Regal cedió en el primer partido de la
final de la Liga Endesa en un duelo que tenía encarrilado al inicio del
último cuarto (55-65), pero que se le complicó ante la reacción blanca
comandada por Sergio Llull y Sergio Rodríguez y con una última jugada
muy polémica en la que, con 73-72 y siete segundos para el final, no se
señaló una falta a Sada que pudo decidir el partido. La acción fue muy
protestada por el banquillo blaugrana y derivó en una acalorada tangana
tras la que los árbitros señalaron técnica a Navarro. Derrota muy
dolorosa para el Barça que ve como el Madrid se avanza en la serie (1-0).
El
Madrid sorprendió de salida con una defensa mixta y Llull sobre Navarro
y comandó el partido desde un inicio (6-0). El Barça salió frío y no se
encontraba cómodo en ataque y se atascó tres minutos y medio hasta
conseguir la primera canasta. Fue Marcelinho Huertas el que tuvo que
coger el mando anotador de su equipo (8-5). Xavi Pascual ordenó entonces
su ya famosa zona aunque Llull respondió con un 2+1 (11-5). El Barça se
fue haciendo fuerte atrás poco a poco, pero en ataque faltaba que más
jugadores sumaran. Y es que solo fueron capaces de anotar dos canastas
en juego en los primeros siete minutos. Suárez hacía daño en el rebote y
los de Laso parecían escaparse (13-6). Salió Sergio Rodríguez para dar
otra marcha a su equipo y un triple sobre la bocina de Llull cerró un
primer cuarto de dominio madridista (21-14). Con Navarro inédito en
anotación y Tomic sin haber lanzado tan siquiera a canasta, era evidente
que el Barça necesitaba un revulsivo en ataque.
Y lo encontró en Víctor Sada.
El base catalán se marcó el mejor cuarto de toda la temporada dando
consistencia en defensa y revolucionando el ataque barcelonista con
cuatro triples. El primero de ellos sirvió para dar la primera ventaja
blaugrana (23-25). El Madrid estaba totalmente colapsado y no veía aro,
mientras que el Barça empezó a creer en sus posibilidades. Un triple de
Oleson y la primera canasta en juego de Tomic acabaron de firmar un
parcial de 2-16 con el que el Barça se había convertido en el amo del
partido ante un Madrid sin capacidad de respuesta. Apareció La Bomba
para seguir dinamitando el duelo a favor de los suyos con otro triple.
El rebote, además, se tiñó de color azulgrana. Slaughter rompió la
tremenda sequía blanca con la primera canasta en juego de todo el
segundo cuarto del Madrid y Rudy volvió a ver aro
(29-34). Los de Laso resistían, pero entonces surgió un Sada colosal
para clavar tres triples que dejaron helada la pista blanca. Bailando al
son del base catalán, los de Pascual se fueron al descanso 10 arriba
tras un increíble parcial de 14-31 (35-45).
El Barça tenía el duelo encarrilado y Navarro lo
aprovechaba para situar una máxima de +12 al inicio del tercer acto
(37-49). El Madrid continuaba a remolque y Draper daba metros a un Sada
que seguía disfrazado de MVP con otro canastón que mantenía las
distancias para los de Pascual (41-51). Cuatro puntos finales de Llull
pusieron el 50-58 al final del tercer acto. El cuarto decisivo empezó
con intercambio de triples entre Navarro y Carroll. A partir de entonces
cada canasta valdría su peso en oro. El Madrid se encomendó a Llull,
el único que veía aro. El Palacio apretaba y al Barça le tocaba
mantener la paciencia. Tomic hizo oídos sordos a los constantes insultos
que recibía de su antigua afición para encadenar un par de acciones con
las que los blaugrana seguían controlando el encuentro (55-65). Pero
esto es una final y tenía que llegar el momento crítico. Y llegó, y de
qué manera. Guiados por un eléctrico Llull, el Madrid firmó un parcial
de 10-0 con el que empató el partido a 65 a 3.40 para el final. Se entró
en una fase de muchos nervios y fallos. Navarro permitía al Barça
mantener su ventaja desde la línea de personal y a Marcelino no le
tembló el pulso (68-72). Pero Sergio Rodríguez anotó un
triple oportunismo para su equipo, Oleson falló y en el siguiente
ataque blanco Reyes capturó un rebote ofensivo determinante que puso el
73-72. Y entonces llegó la jugada decisiva y polémica del encuentro.
Sada corriendo al contraataque perdió el balón al intentar entrar a
canasta tras una posible falta de Llull. Los árbitros no lo consideraron
así y dieron la bola al Madrid, que sentenció. Esta última acción
traerá mucha cola.
Este año donde no llegue el equipo blanco, estara esa mano "amiga" para intentar que supere ese factor.
El Madrid en su línea: cuando el Barça se ha ido en el marcador, Rudy y
Felipe a repartir leches (eso es deportividad, sí señor); al final,
ayudita de los señores colegiados (que le pregunten a Sergio Rodríguez
si ha sido falta o no). Aún así, el Barça tiene un problema: no aprende.
Hay que darles de leches sin piedad como hacen ellos. Y si hay que
montar tanganas o partirse la cara con alguno, pues se hace. Ya vale de
tanta tontería. Quieren batalla campal, pues batalla. No es la primera tangana que se monta en una final dondel el agresor (Lopez Iturriaga) se sale de rositas y se castiga a Davis y Fernando Martin (qepd) que se involucraron uno por defender a este payado y el otro por repeler la agresión
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