El FC Barcelona fichaba en 1973 a Migueli porque Domingo Balmanya proclamaba a los cuatro vientos (siendo entrenador del Cádiz CF, en 1971), que tenía en sus filas al futuro central de la selección española, y que confiaba en que fuera el sucesor de Paco Gallego en el equipo blaugrana de su corazón. En un plis Raimundo Saporta (gerente del Real Madrid) se presentaba en el Carranza en el verano de 1972, para intentar incorporarlo al equipo blanco. Esos mismos días, casi en silencio, Jaume Rosell (padre de Sandro Rosell) acordaba el traspaso para el equipo blaugrana de Migueli. Mientras que el conjunto blanco se conformaba con la "pareja" en el centro de la defensa gaditana de Migueli, Andrés González. Andrés jugó 14 partidos en cuatro temporadas con el Madrid (con una cedido al Castelló) y Migueli acabó por convertirse en una leyenda en el Camp Nou, disputando 649 partidos oficiales hasta 1989. Claro hubo risas desde el Bernabéu por haberle tomado la delantera al Barça y quedarse "al bueno". Aunque debemos tener en cuenta que Andrés tuvo una lesión grave
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