La fecha límite de inscripción era el 1 de mayo y apenas una semana
antes otras sociedades como el Club Español de Foot-ball de Barcelona y
New FC de Madrid habían dado su conformidad, de modo que a pocas fechas
de disputarse el evento seis eran los clubs que a priori iban a
enfrentarse: Madrid FC y New FC por Madrid, Vizcaya AC y Bilbao FC por
Vizcaya y FC Barcelona y Sociedad Española de Foot-ball por Barcelona.
Dos clubs por cada una de las provincias que en esos momentos eran las
más importantes de España a nivel futbolístico y que se disputaban la
supremacía a nivel nacional. Ninguno de estos clubs se había enfrentado
nunca a los de otras provincias y su memoria quedaba reducida a los
duelos entre clubs de la misma localidad, un hecho que resultaba
francamente atractivo para el desarrollo de la prueba.
Cuando todos se las prometían felices, sin embargo todo quedó frustrado
el martes 29 de abril, apenas dos días antes del cierre del plazo de
admisión, cuando los clubs bilbaínos notificaron mediante telegrama
urgente al FC Barcelona que no iban a acudir al certamen madrileño. Hans
Gamper montó en cólera por todo el trabajo perdido en el montante de la
operación y presto llamó a Carlos Padrós indicándole que los blaugranas
desestimaban acudir pese a las ganas que tenían de batirse
especialmente con el Bilbao FC, el teóricamente rival más fuerte de los
clubs bilbaínos. No obstante, Gamper quería mantener buenas relaciones
con los vizcaínos y acudiendo a la prensa advirtió a ambos que su campo
quedaba abierto a que lo visitasen cuando quisieran y que Barcelona les
iba a recibir con los brazos abiertos.
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