En el mercado de invierno de 1998, Hristo Stoichkov se marchó del FC
Barcelona de la peor forma imaginable. Pese a ser un símbolo del
barcelonismo. El búlgaro acabó despidiendose de la afición que tanto le
había aclamado desde una oficina y a través de la prensa, y no desde el
Camp Nou y en el estadio, en el que tantas veces había sido aclamado.
Sus diferencias con Louis Van Gaal, latentes desde principios de esa
temporada se convirtieron desde el mes de enero en evidentes e
insalvables. Al final, Hristo Stoichkov acabó despedido y con destino a
Bulgaria, volvía al CSKA de Sofia, desde donde había salido para fichar
por el club blaugrana. Quería prepararse para el Mundial'98 que se iba a
celebrar en Francia ese mismo año
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