La amistad entre Pep Guardiola, "Tito" Vilanova y Jordi Roura comenzo en
los días que compartieron habitaciones en La Masia. Fueron algunos de
los comensales más destacados de la peña gastronómica "Els Golafres".
Aún no habían alcanzado la mayoría de edad, pero cultivaban una afición
de adultos como una forma de hacer grupo en los largos días de soledad .
Jugadores de futuro entonces, el destino separó sus caminos y los
volvió a juntar años después en torno a ese ideal futbolístico que
conforma al Barcelona actual. Por ello Pep Guardiola se rodeo de viejos
cómplices, amigos o técnicos forjados en los grupos catalanes de Tercera
para marcar las pautas de trabajo del que fuera tetracampeón de Europa.
El equipo de Pep:
"Tito" Vilanova fue el hombre con más voz y voto en las últimas
decisiones. Era un técnico de cantera. Vivió seis años en La Masía (1984
a 1989), en donde conoció al entrenador del "sextete". Era uno de los
tantos centrocampistas que no pasan el corte de excelencia blaugrana y
tuvieron que seguir su aventura futbolística por otra parte. Jugó en el
UE Figueres, Real Celta, CD Badajoz, Real Mallorca, UE Lleida, CF Elche y
UDAt. Gramanet. Quienes le vieron le definen como un futbolista con
clase, pero esquivaba la brega. Como entrenador entreno al cadete del
Barcelona y al FC Palafrugell. También llego a ser director técnico en
el UE Figueres y el FC Terrassa, de donde llegó de nuevo al Camp Nou en
2007 para acompañar a Guardiola como su ayudante en el filial.
Jordi Roura
Fue compañero de Guarola en La Masía y también en el FC Barcelona de
Johan Cruyff, el "Dream Ream". Una lesión en San Siro contra el AC
Milan, corto mucho su carrera. Jugaba de extremo o centrocampista, fue
una figura secundaria que apenas disputó 10 partidos en dos temporadas
con el primer equipo. Luego jugó en el Real Murcia y el UE Figueres
hasta que se retiró en 1993. Fue el último en incorporarse al cuerpo
técnico (en 2009) procedente del filial blaugrana. Sus funciones son
asistir a Torrent y Planchart en las tareas de scouting.
Pepe Costa
Asi agredecía Estiarte a Pep, su entrada en el club, todo el apoyo que
le ofreció cuando le salpicó en Italia la duda del dopaje.: "Tú creías
en mí, creíste en mí y por eso tuve suerte. Me la regalaste. Bienvenida.
Esta suerte es el regalo, el mayor título que conseguí en mi carrera
deportiva". Así se expresaba en el prólogo del libro "Todos mis
hermanos", una autobiografía en la que el excampeón de waterpolo cuenta
los avatares de su vida deportiva. El aura de Estiarte, su conocimiento
de la alta competición, de los problemas del deportista llevaron al
técnico del Barcelona a elegirle como la persona idónea para moverse
libremente por el vestuario. Recoge las inquietudes de la plantilla y
las transporta al club
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