El 15 de febrero de 1998, los aficionados volvieron a mostrar su enfado por el mal juego del equipo y de nuevo aparecieron pañuelos blancos en el Camp Nou, tras el empate a 0 con el Real Mallorca. Las pañoladas comenzaron en el segundo tiempo y se pudieron ver hasta en tres momentos diferentes: el primero fue en el minuto 75, cuando el público reclamó penalti en una acción en la que Romero derribaba a Ciric dentro del área; el segundo cuando en el minuto 90 Stankovic tuvo una oportunidad clarísima de gol que salvó Hesp con una gran parada. La última pañolada se produjo una vez terminado el encuentro. Los socios demostraban, una vez más esta temporada, su enfado por el mal juego blaugrana
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