Es un recinto cubierto y polivalente de Barcelona, de titularidad
municipal. Está situado en la calle Lleida, en la falda de la montaña de
Montjuic.
Fue concebido como pabellón polideportivo multiusos, capaz de albergar
competiciones de cualquier deporte practicado bajo techo. Inicialmente
tenía una capacidad de 8000 espectadores, reducida en 1986 a 6.500,
cuando se instalaron asientos individuales para todo el aforo. Fue
diseñado por el arquitecto Josep Soteras e inaugurado en 1955 con motivo
de los Juegos Mediterráneos.
Fue el único pabellón de sus características que tuvo la ciudad de
Barcelona hasta 1971, cuando el Fútbol Club Barcelona inauguró el Palau
Blaugrana. Hasta entonces, había albergado los partidos de las secciones
del club blaugrana de baloncesto, balonmano y hockey sobre patines.
Pero incluso tras la inauguración del Palau Blaugrana, el Palau
Municipal d’Esports de Barcelona siguió siendo el único pabellón de
titularidad pública, por lo que siguió acogiendo los principales eventos
no sólo deportivos, sino también sociales, culturales y musicales que
tenían lugar en Barcelona.
También fue la sede de las secciones de hockey patines y baloncesto del
RCE Espanyol durante todas las temporadas en las que compitieron en la
máxima categoría nacional. Fue remodelado en 1986 por el arquitecto
Francesc Labastida para los partidos del grupo E del Campeonato mundial
de baloncesto de 1986.
A principios de los años 90' empezó a disminuir su actividad. Primero
por la desaparición del equipo de baloncesto del RCE Espanyol. Y sobre
todo, por la inauguración en 1990 del nuevo Palau Sant Jordi, que pasó a
acoger los principales eventos de la ciudad. En 1992 fue sede de las
competiciones de gimnasia rítmica y partidos de la fase preliminar del
voleibol de los XXV Juegos Olímpicos. Hacia mediados de los años 1990
dejó de acoger eventos deportivos con regularidad para centrarse
preferentemente en los musicales y teatrales.
Finalmente, en el año 2000 fue sometido a una remodelación para
adecuarlo definitivamente a la organización de espectáculos teatrales y
musicales. Incluso se le rebautizó con un nuevo nombre, "Barcelona
Teatre Musical-Palau dels Esports", que no dejaba lugar a dudas sobre la
nueva orientación del recinto. Perdió aforo, situándose en los 1.850
espectadores, pero ganó en comodidad y calidad acústica, convirtiéndose
en uno de los recintos de Barcelona donde más representaciones teatrales
y actuaciones musicales se programan. La precandidatura de
Barcelona-Pirineos para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022,
finalmente descartada, preveía emplazar las pruebas de curling en el
Palau dels Esports.
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