El 20 de septiembre de 1982, llegaba al aeropuerto de Barcelona el equipo baugrana tras empatar a 0 en el Sanhez Pizjuan. A su llegada al Prat, varios informadores intentaron dialogar Maradona y el hombre se excusó casi por signos, pero lo cierto es que no podía responder a ninguna pregunta por fuerza mayor. Diego Armando Maradona, "placado" como siempre por lo "civil o lo criminal" en los encuentros fuera del Camp Nou, se lastimó en la lengua durante el transcurso del encuentro frente al Sevilla y necesitó de que se le aplicaran dos puntos de sutura en el lugar méncionado ya que sufría un corte más que importante que le impedía hasta cualquier tipo de diálogo. Lo sorprendente es que Maradona, en lo poco que pudo hablar consideraba el encontronazo con el jugador del Sevilla, como algo fortuito. Menos mal que no fue "intencionado"
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