divendres, 6 de maig del 2016

Cap. 3184: "Hago lo que quiero"

El 16 de octubre de 1910, se jugaba un amistoso en campo del Espanyol, entre los dos grandes del fútbol catalan. El Barcelona derrotaba a domicilio a los pericos por 1-4, el partido se llamaba "Congreso de la tuberculosis". Este partido no pasaria a la historía por una anecdota curiosa que se dió durante el partido. El portero del Espanyol, Pere Gibert "El Grapas" (el pseudonimo le venía porque se permitia el lujo de blocar el balón con una sola mano) decidió en un momento del encuentro coger una silla y sentarse delante de su porteria. Hamilton, que ejerecía de árbitro, le encomendó que se dedicase a hacer su trabajo y que evidentemente aquello no estaba permitido. Gibert le dijo que el hacía lo que le daba la gana en su terreno de juego y continuo sentado. Y según dicen las crónicas para varios balones en esa posición. Lo curioso del caso, es que a pesar de esa manifestación, Hamilton no se atrevió a expulsarlo, las malas lenguas de la época dicen que no lo hizo por que Pere Gibert era mucho más alto y fuerte que él y tuvo cierto temor a que aquello acabara mal para él

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