El 11 de julio de 1968, se jugaba en el campo "neutral" del Santiago
Bernabeu la final de la Copa de España entre el Real Madrid y el FC
Barcelona. Es posiblemente una de las finales con más polemicas que han
habido. Tras cada partido, los dos clubes puntuaban al árbitro. Para
cada partido se buscaba el mejor colocado en la suma de ambas listas.
Para el Barça, Rigo era el primero y para el Madrid, el segundo. (Hasta
después de esa final, claro). El primero en la del Madrid era Ortiz de
Mendibil, que estaba recusado por los azulgrana desde un gol concedido
también en el descuento a Veloso en un Madrid-Barça de 1966, cuando el
árbitro concedió un descuento de hasta 11 minutos, con la excusa de que
se le había parado el reloj, casualmente pito el final poco después del
gol de Veloso. El árbitro de la final sería Antonio Rigo, al cual se le
acuso de recibir "favores" del Barça, pero como el declaró en su día:
"El Barça nunca me ofreció nada, ni siquiera tengo una insignia. Sin embargo el Madrid, Antonio Calderón, creo que era gerente del club... Pues en la caseta, antes del partido, me dijo que me iba a hacer un buen regalo. Que era costumbre del Madrid regalar un reloj de oro. Supongo que era condicionado a la victoria de su equipo, porque aún estoy esperando ese regalo"
El Madrid instó a la federación a que cambiara la designación, pero esta no quiso. En realidad, se habia cumplido con la costumbre entonces era designar a los árbitros cotejando la posición que tenían en la lista de los equipos contendientes. Por lo cual no entendían cual era ese problema.
Para que esa "bola de nieve", creciera solo basto que entre las semifinales y la final hubo más tiempo del habitual, doce días. La final se retrasó hasta el 11 de julio por problemas de agenda de Francisco Franco. Visto con perspectiva, sorprende que el "Dictador", al que tanto veíamos en el NO-DO cazando o pescando (salmones en Asturias o atunes desde el Azor) tuviera una agenda tan complicada. Pero esa vez la tuvo y la polémica se alargó. O lo que se buscaba era que la FEF recapacitara sobre su decisión
"El Barça nunca me ofreció nada, ni siquiera tengo una insignia. Sin embargo el Madrid, Antonio Calderón, creo que era gerente del club... Pues en la caseta, antes del partido, me dijo que me iba a hacer un buen regalo. Que era costumbre del Madrid regalar un reloj de oro. Supongo que era condicionado a la victoria de su equipo, porque aún estoy esperando ese regalo"
El Madrid instó a la federación a que cambiara la designación, pero esta no quiso. En realidad, se habia cumplido con la costumbre entonces era designar a los árbitros cotejando la posición que tenían en la lista de los equipos contendientes. Por lo cual no entendían cual era ese problema.
Para que esa "bola de nieve", creciera solo basto que entre las semifinales y la final hubo más tiempo del habitual, doce días. La final se retrasó hasta el 11 de julio por problemas de agenda de Francisco Franco. Visto con perspectiva, sorprende que el "Dictador", al que tanto veíamos en el NO-DO cazando o pescando (salmones en Asturias o atunes desde el Azor) tuviera una agenda tan complicada. Pero esa vez la tuvo y la polémica se alargó. O lo que se buscaba era que la FEF recapacitara sobre su decisión
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